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Por: Gabriela Arenas
Fotografía: Sebastião Salgado
Fotografía: Sebastião Salgado
Éxodo
“Si fotografías a un humano,
de manera que no se le
represente de forma noble,
no hay motivo para hacer la
fotografía. Esa es mi forma de
ver las cosas”
- Sebastiâo Salgado
Desde siempre las mariposas han viajado
libremente por el aire, pero eso no ocurre
para el ser humano, que no ha encontrado libres los caminos de su éxodo.
Todos los años, millones de personas
en el mundo salen huyendo de sus países debido a
las guerras, al hambre, a la represión y a la violencia.
Sebastiâo Salgado (1944) fotógrafo socio-documental
y fotorreportero brasileño documentó la historia de la
migración humana desde una mirada muy profunda,
dándonos a conocer un panorama muy completo de
las migraciones contemporáneas a través de sus viajes
por 40 países durante varios años. La mayoría de
las fotografías captan a los migrantes en su desplazamiento por carreteras pateras, trenes o en los
campos de concentración, recorridos que emprenden
en ocasiones por supervivencia o en la búsqueda de
condiciones de vida mínimamente dignas.
Salgado logra capturar la dimensión de la crisis
migratoria con momentos sobrecogedores, comparados con los que vemos en las noticias, donde sólo se
convierten en un titular más de la nota periodística.
En sus retratos nos encontramos con personas de
carne y hueso, que saben a dónde quieren llegar
y con otros que simplemente huyen sin conocer su
destino, retratando el dolor, pero también la dignidad
de cada uno de ellos.
Sus fotografías constituyen un material punzante
para sensibilizarnos como sociedad. El fotógrafo
puntualiza: “Cada persona que muere, es un pedazo
del mundo que muere”, una frase muy profunda y
filosófica que nace seguramente de sus numerosos
viajes por el mundo, donde por apatía, olvido, racismo,
violencia o indiferencia, mueren miles de personas
que tienen como único delito, el buscar mejores condiciones de vida para ellos y su familia.
Con cada una de estas personas que muere en el
mundo, se pierde parte de la esencia del planeta. Nos
comparte el fotógrafo también lo siguiente: “Más que
nunca, siento que sólo hay una raza humana. Más
allá de las diferencias de color, lenguaje, cultura y
posibilidades, los sentimientos y reacciones de cada
individuo son idénticas”.
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