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Por: Laura Delgado
Fotografía: Gabriela Arenas
Fotografía: Gabriela Arenas
JAVIER LÓPEZ GARAY
ÍCONO de la comedia
Regiomontana
Hablar de Javier Lopez
Garay, es destacar la
trayectoria de quien
logró hacer un partea
-
guas dentro del ambiente
artístico regiomontano, sin
duda alguna todo un icónico personaje de la ciudad
de Monterrey, como líder de
“La Banda más loca de México”, la legendaria Witchy
Band, que se colocó en el gusto del público durante
cinco décadas.
De inmediato nos remontamos a finales de 1969,
cuando un grupo de amigos formaran esta agrupación, sin imaginar que se convertiría para todos
ellos, en el inicio de una gran historia, un mundo de
innumerables éxitos e infinidad de anécdotas muy
divertidas, que nos relata Javier López Garay en esta
entrevista. Nos comparte también sus planes, nuevos
proyectos, así como el próximo retorno de la banda
a los escenarios.
¿En qué momento inicia tu atracción por la
música?
“Desde muy niño me atrajo la música, mi abuela can
-
taba, mi mamá cantaba, mi abuelo también cantaba
y él fue alguien a quien siempre admiré y comparaba
con el personaje de Fernando Soler, Cruz Treviño
Martínez de la Garza. Creo que de ahí nace algo en
mi en relación con el ambiente artístico. También
la cantante Queta Garay, quien interpretaba aquella
canción llamada Las Caricaturas, era familiar mía”.
¿Quién fue tu más grande influencia?
“Definitivamente los hermanos Castro fueron de
mis más grandes influencias. Cabe mencionar que
actualmente soy el representante artístico de Don
Arturo Castro”.
¿En qué momento decides dedicarte a la
música?
“Desde que cursaba la Secundaria, con Witchy Band
empecé tocando la Batería por 6 años y posterior
-
mente al yo quedar al frente del grupo, se decidió
contratar a otro baterista”.
“Todos los integrantes de la Banda son del barrio
de la Purísima, diariamente nos reuníamos en la
plaza y empezamos a hacer amistades en ese lugar
y nos poníamos a escuchar cartuchos de 8 tracks que
eran los que se usaban en ese entonces y de repente
empezamos haciendo bailes en casas de amigos que
vivían en los alrededores”.
¿Como nace el nombre de Witchy Band?
“Éramos el típico grupo de amigos que andábamos
de “huele-bailes”, siempre buscando donde hubiera
uno para poder entrar aún sin ser invitados. Con
-
seguíamos invitaciones y la rolábamos entre varios
para que todos pudiéramos entrar a disfrutar de la
fiesta en la que no conocíamos a nadie.
En una ocasión nos avisan que tenemos boda y que había que ir “de pipa y guante”, vestidos de traje
con camisa y corbata, pero no faltaba que alguno
llegara con pantalón y playera, entonces de broma
dijimos: “ahí viene este indio”, pero para no ofender
a los indios, decidimos mejor decirle “Witzilopochtli”
a quien llegara mal vestido o como “naco”, pero como
el nombre era muy largo, empezamos a utilizar el
diminutivo “Witchy” y así fue como se quedó el nombre
de Witchy Band”.
“La fórmula para mantenerme activo durante todos estos años, ha sido el poder ayudar a tanta gente que lo necesita”
¿Cómo es que descubres tu vocación dentro de
la comicidad?
“En el año 1967, 1968 estábamos tocando en bailes y
se nos ocurrió utilizar una escoba y entrar a la pista
y gritar “cambio de pareja” y había algunos hombres
que no soltaban a su acompañante, pero a los que sí
les gustaba seguir la broma, soltaban a la muchacha,
agarraban la escoba y se iban pidiendo cambio de
pareja, mientras el otro se quedaba bailando con ella
y así sucesivamente, entonces la gente se divertía
mucho y empezaron a contratarnos pidiéndonos que
amenizáramos con todo y el “Show”, que para nosotros
era sólo estar haciendo el evento más divertido con
ese tipo de bromas”.
“También recuerdo que en aquel tiempo, como no se
usaba ponerle a las invitaciones “NO NIÑOS”, siempre
las fiestas estaban llenas de criaturas corriendo por
todo el lugar. Entonces empezamos a invitarlos a que
tocaran con nosotros un instrumento, les dábamos un
tallador de ropa como si fuera un güiro, o tocaban las
maracas, los bongos, los tambores o los platillos y de
repente ya teníamos a todos los niños de la fiesta arriba
del escenario tocando con nosotros. Y cuando ya no
teníamos ningún instrumento qué darles, les poníamos
sombreritos todos “destartalados” y los papás felices
viendo a sus niños participando con la Banda arriba
del escenario. Todo ésto agradaba mucho a la gente
y lo empezaron a llamar El Show de Witchy Band”.
“En otra ocasión estábamos amenizando una boda
y a la hora de la cena estábamos tocando una música
de fondo tranquila, entonces a Polo y a mí se nos
ocurrió irnos caminando y salirnos a la calle.
En ese momento el secretario ya nos estaba esperando afuera con el trombón y la trompeta y cuando
el resto de los músicos que estaban en el escenario,
nos daban un tono, entrábamos nosotros por la puerta
principal tocando “El Son de La Negra” y toda la gente
se paraba y empezaba a aplaudir muy emocionada,
esperando la entrada del Mariachi y ante la sorpresa
del público, sólo éramos nosotros dos, por lo que les
decíamos por el micrófono: “una disculpa porque el
novio anda quebrado de lana y no le alcanzó para todo,
entonces les trajimos al mariachi de Witchy Band”
y a la gente le gustaba mucho ese tipo de bromas
inesperadas”.
“También cuando nos contrataban para una boda
en el Casino Monterrey, sacábamos a los novios del
salón junto con sus invitados y los llevábamos a la
“Plaza Zaragoza” ahora Macroplaza, tocando un cencerro bien fuerte, para ir bailando todos en fila y
haciendo ambiente. Los carros empezaban a pitar a
nuestro ritmo, llegábamos hasta el kiosco y subíamos a los novios al centro, Witchy Band alrededor de ellos tocando un tambor, los invitados se quedaban
abajo y cantábamos “La víbora de la mar”, pero con
la variante en la letra para que dijera “A la bola de
víboras de la mar” y todos la cantaban muy divertidos,
convirtiéndose también en parte del show”.
Witchy Band siempre destacó por sus Sketches,
siempre a la vanguardia de los acontecimientos
del momento, ¿contaban ustedes con alguien
que les escribiera sus rutinas cómicas?
“No, todos nosotros escribíamos nuestras rutinas y
aportábamos las ideas de lo que estuviera de moda, para hacer el show cada día más completo. En una
ocasión vinieron del Programa El Gordo y La Flaca, al
igual que de otros programas importantes de México,
para ver cómo era que Witchy Band hacía todo eso.
Quedaron encantados y se llevaron el Show grabado.
Recuerdo que en esos momentos nos presentábamos
diariamente en el Teatro Montoya con llenos totales”.
¿Cuánto tiempo pasó desde el inicio de
Witchy Band, a que lograran encumbrarse tan
exitosamente?
“Pasaron varios años de presentaciones ya con el show
incluido y duramos en la cumbre más de 37 años, con
teatros llenos. Solamente en el Teatro Montoya, estuvimos trabajando con mucho éxito durante 19 años”.
¿Cómo surgió la idea de que una banda cómico
musical se presentara en teatro?
“Esa idea inició porque la suegra del bajista de la banda
trabajaba en el Municipio y nos ofreció conseguirlo.
En la ANDA nos dijeron que no nos iban a cobrar
nada, ya que nadie llenaba ese teatro por estar muy
grande. En esa primera presentación, nos llevamos
la gran sorpresa que para las 7:00 de la noche, ya
se habían agotado todas las entradas y aún había
muchísima gente queriendo comprar boleto, al grado
que rompieron las puertas del teatro y tuvimos que
hacer una segunda función a las 10:15 P.M., en la que la
gente se acomodó hasta en los pasillos, en las orillas
del teatro y hasta en el lobby.
Ese fue el primer teatro que hizo Witchy Band. El
segundo fue el Teatro Montoya, a donde nos llevó el
Sr. Andrés Bermea y a quien recuerdo le preguntaban sobre si estaba seguro de lo que iba a hacer; él
decía que por supuesto, hablando los resultados por si mismos al conseguir Witchy Band llenos completos
durante 19 años consecutivos, con dos presentaciones
diarias de lunes a domingo”.
“Cuando quisimos regresar a trabajar ahí, ya lo
habían convertido en escuela y al entrar y ver una
alberca en lo que era el escenario, la verdad se me
rodaron las lágrimas, sentí muy feo al ver el lugar
donde estuvimos toda una vida y en donde hubiéramos podido seguir de no ser por la inseguridad”.
¿Cuál consideras que fue el secreto de Witchy
Band para conquistar a un público tan grande y
permanecer en la cumbre durante tantos años?
“Primeramente fue la convivencia interna, porque eso
lo reflejas y el público lo percibe; como nos conocíamos
desde la primaria, cuatro de los integrantes de la banda
estuvimos en el mismo salón en la Escuela Fernández de
Lizardi y todos vivíamos en el mismo barrio en el centro
de Monterrey y creo que la parte fundamental fue el
que siempre nos lleváramos muy bien entre nosotros,
primero como amigos y después como compañeros de
trabajo y el éxito fue porque hacíamos las cosas que
nos gustaban y que disfrutábamos.
Era tal el cariño de la gente hacia nosotros, que
cuando nos equivocábamos en la letra de una canción, le componíamos y el público pensaba que era
parte del show y a eso se le llama “parodia”, así que
iniciamos haciendo “Parodias” con un tipo Karaoke personalizado, porque escribíamos las canciones en
cartulinas grandes y las levantábamos para que el
público las leyera y cantara con nosotros”.
“Todos en Witchy Band escribíamos nuestras rutinas y aportábamos las ideas de lo que estuviera de moda, haciendo así el show cada día más completo”
Compártenos una anécdota que para ustedes
haya sido muy importante y siempre la
recuerdan con cariño.
“Una en especial no podría ya que son demasiadas y
vivimos muchos momentos que fueron muy importantes para nosotros. Recuerdo cuando Enrique Cuenca
“El Polivoz” se subió a tocar con nosotros y también
cuando en otra ocasión en la Zona Rosa, el Príncipe
de la canción José José (QEPD) cantó también con la
banda, pero curiosamente no supimos que era él hasta
que ya se había ido. Lo mismo sucedió con Cesar Costa,
Enrique Guzmán y Camilo Sesto cuando este último se presentó en La Plaza de Toros ante un lleno total.
Recuerdo que a nosotros nos tocaba abrir su espectáculo y al terminar nuestro show, le dijimos a todo el
público que en agradecimiento por habernos ido ver,
con el mismo boleto podían quedarse a ver a Camilo
Sesto. Al bajar yo del escenario me encontré con él y
me dijo “!Muy bien muchacho, qué buena broma!”. Son
de las cosas que se te quedan grabadas para siempre”.
¿Qué proyectos tienes actualmente?
“Volver con el espectáculo de Witchy Band para el
mes de noviembre de este año, ya estamos ensayando
muy duro. En el bajo está Lalo, al piano está Inés, la
Bruja está en la batería. Al frente está Rufo “El de la
Copa”, Pepe Garza de la Banda Luisiana, Darío Show
y un servidor. Somos siete elementos como lo era la
original Witchy Band; ya hicimos una presentación
para calarnos en el Auditorio de Chavana en Santiago, N.L. Fue una sorpresa ya que nadie sabía que se
presentaría Witchy Band y nos fue mucho muy bien”.
¿Cuál ha sido en tu vida el ingrediente o la
fórmula para mantenerte activo todos estos
años?
“Las ganas de ayudar a la gente que lo necesita, tanto
en el ambiente artístico como a otras personas fuera de éste. Si necesitan un medicamento, una silla de ruedas
o lo que sea, yo siempre estoy ahí, no importando
la hora yo ayudo en lo que sea, me gusta demostrar
el amor al prójimo y creo que: Quien no nace para
ayudar, no sirve ni para apoyarse él mismo”.
¿Hay algo que como director de una banda tan
exitosa te hubiera gustado hacer y que no te fue
posible?
“Sí, reunir a todos nuestros hijos para que hicieran
una presentación como “Los hijos de Witchy Band”,
ya que todos ellos tocaban algún instrumento o cantaban, pero no fue posible realizarlo por cuestiones
de trabajo de ellos”.
¿Qué reconocimiento estás por recibir?
“El de los 50 años de Witchy Band, me lo hace la Asociación Nacional de Actores, presidida por la Sra. Nena
Delgado. Creo será el próximo mes de noviembre”.
¿Hay planes a futuro para el concepto de Witchy
Band?
“¡Si claro, seguir trabajando! Ahora sí que hasta que el
cuerpo aguante. Me gustaría agregar que ya estamos
activos otra vez y listos para presentarnos dentro y
fuera del país”.
Semblanza
Nació en la ciudad de Monterrey, N.L. en el año
1950, estudió hasta el cuarto año de la carrera
de Licenciado en Derecho y Ciencias Sociales.
Siendo aún muy joven y cursando la Secundaria,
decidió dedicarse de lleno al ambiente artístico
como músico y cantante.
Su inquietud y pasión por la música, lo llevó a
reunir el talento musical de un grupo de amigos
que también eran sus compañeros de escuela
y vecinos en el barrio de La Purísima. Con ellos
convivía diariamente en la plaza y disfrutaban
escuchando cartuchos de 8 Tracks que estaban
de moda en ese tiempo, logrando así formar
un grupo musical que inició haciendo bailes en
casas de sus amigos y que al poco tiempo le
darían el nombre de Witchy Band, grupo que
rápidamente se iría posicionando en el gusto del
público regio durante casi cuatro décadas.
Fueron los pioneros haciendo presentaciones
en teatro, con un espectáculo cómico
musical, iniciando en el Teatro Calderón, para
posteriormente presentarse en el Teatro
Montoya, donde permanecieron con llenos
totales durante 19 años continuos, con dos
funciones diarias de lunes a domingo hasta el
año 2014, año en que tuvieron que retirarse del
lugar por problemas de inseguridad.
A través de los años Javier López Garay se ha
dedicado a la promoción de nuevos talentos,
así como de artistas consagrados. Actualmente
está preparando el retorno de la Banda Witchy
Band a los escenarios regios.
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