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Propósitos 2020 con factor innovador | LUGI GOGA | Enero 2020

Por: Lugi Goga
Fotografía: Especial



Propósitos 2020 con factor innovador

Es a través de un liderazgo con visión social, que se pueden crear comunidades internas para el desarrollo de un propósito y no sólo equipos de trabajos independientes.

¡Muchas felicidades y próspero año 2020! Durante los tres últimos meses del año pasado, compartí temas referentes a la innovación y a su gran impacto. En esta ocasión y con motivo del nuevo año, hablaré de la importancia de tener un “propósito” para una “innovación”; par de palabras que aparecen una y otra vez en artículos y programas de negocios y donde las empresas más exitosas de hoy, son las que logran conjugar ambos conceptos, creando con ello nuevos productos y servicios, que atienden soluciones más prácticas para la sociedad en que vivimos. 

Audando lo anterior a romper toda inercia negativa que pudiese percibirse en el entorno del mercado y sirviendo para implementar alternativas de cambio, que harían más competitiva a la organización.

Primero que nada, hay que estar conscientes de que todo tiene un orden y un modo correcto de hacerse, ya que existen muchas empresas grandes y pequeñas que se ponen a innovar, sólo por el hecho de innovar y sin contar con un propósito especifico. Acción que puede llevarnos a lugares no deseados y que pocas veces brinda resultados permanentes. Sin embargo, cuando se tiene una razón para innovar y un propósito real para hacerlo, toda la organización es inspirada para alcanzar el objetivo de una manera mágica, conviertiendo esa acción en un generador esencial para alcanzar el éxito.

Básicamente, para poder cristalizar ese sueño, tenemos que visualizar de manera objetiva cuál es el propósito real, es decir, definir la necesidad que se busca atender e identificar al beneficiario final, siendo éste último el principal objetivo y razón para que el negocio exista. También se requiere un liderazgo con visión social, donde se puedan crear comunidades internas para el desarrollo del propósito y no sólo equipos de trabajos independientes. 

En otras palabras, se requiere un liderazgo para un negocio donde todos los participantes puedan tener un enfoque abierto y colaborativo, pero con un propósito en común y creando una entidad única dentro de la organización.

El proceso en cuestión se compone de dos partes; la primera corresponde a la metodología interna que se sigue para crear la innovación con propósito, sea para mejorar las ventas o la rentabilidad de los productos y/o servicios. La segunda, se basa en los roles e incentivos que existen para mejorar los resultados, trabajando sobre la línea de costos. En este proceso, cada participante pone su granito de arena, cumpliendo con una función del propósito en común. La empresa hace lo mismo, al otorgar un incentivo directo, ya sea económico o de reconocimiento, y motivando dichas acciones al flujo de la inteligencia creativa de la organización de una manera mágica.

Los principales beneficios con este enfoque, son la reducción en costos, el aumento de personal implicado en nuevos proyectos, la generación de nuevas patentes, el aumento de valor agregado para el cliente y el ganarse el “corazón” del consumidor. Esto último tiene implicaciones de trascendencia para toda la organización, convirtiéndose en una fuerza interna que transforma el “corazón” de toda la empresa, hacia un capitalismo consciente, dentro de una economía cada día es más competitiva pero comunitaria a la vez.

A nivel personal, lo anterior lo podemos también aplicar a nuestra vida diaria, incluyendo dentro de nuestros propósitos, algunos con una visión de ayuda comunitaria y de beneficio social, utilizando exponencialmente nuestra creatividad para poder hacerlos realidad. La clave está en tenerlos claros y bien definidos de acuerdo al entorno, elevarlos al punto a donde queremos que lleguen, darles seguimiento y ajustarlos con cierta fexibilidad, pero sin cambiar el propósito final de cada uno de ellos.

Luis González “Lugi Goga” 
ing.luis.gonzalez.g@gmail.com 
Graduado de Ingeniería Civil con especialidad en Desarrollo e Innovación Empresarial en el ITESM. Ha participado en diferentes proyectos de edificación vertical con base en ingenierías de valor y optimación de procesos.