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Copo de nieve | RENÉ ALDRETTE | Agosto 2020


Copo de nieve

Necesitamos una manera de desahogarnos a través del lenguaje, con todos sus asegunes, palabrotas y gestos exagerados, que usamos para sacar nuestra ira, frustración y enojo… pero también para expresar amor, alegría y amistad.

Era el año de 1968 en Birmingham, Inglaterra cuando unos amigos se unieron para formar una banda de rock. En su música plasmaron ideas tan innovadoras que aun hoy en día su música sigue tan vigente como hace 52 años y son considerados los pioneros del Heavy Metal. Su nombre: Black Sabbath.

Integrada por 4 jóvenes de clase trabajadora, de una ciudad devastada por los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, Black Sabbath no tenía un camino fácil por delante, pues abrirse campo dentro de una sociedad tan golpeada por la guerra, iba a ser una tarea ardua.

Largas jornadas laborales, sueldos bajos, una inseguridad cada vez más presente dentro de los barrios de clase media y un gobierno que no les prestaba atención, fue lo que los residentes de Birmingham enfrentaban cada día para poder llevar sustento a sus familias. 

Lo anterior, aunado a muchos otros factores sociales y económicos, llevaron a este grupo de jóvenes a querer revelarse ante una sociedad que no los aceptaba y contra un gobierno que no los escuchaba. No compartían sus mismos ideales de libertad y expresión, mientras sentían cada vez más la certeza de un futuro incierto. Como una forma de sacar su rabia ante la situación, estos músicos crearon un sonido único, fuerte, ruidoso y contundente. En sus letras comunicaban sin reparo alguno las inconformidades y deseos de la juventud inglesa, mientras ésta, los volteaba a ver como líderes y voceros de su generación. Estos músicos los entendían y expresaban de forma directa lo que ellos anhelaban decir, pero no se atrevían. Canciones de protesta, angustia y antireligión llenaban los oídos de la gente atrayendo cada vez a más multitudes a consumir su material, que ahora unidos como uno solo, llevaban la bandera de este nuevo estilo musical como estandarte.

Y así surgió la primera oleada de Heavy Metal.

Docenas de bandas aquí y allá comenzaron a surgir de entre las “ruinas” de la sociedad inglesa, hambrientas por ser escuchadas y demostrando que ese estilo musical era su manera de decirle al mundo: “Aquí estoy, te guste o no…”. 

 Yo soy Generación X, ésta abarca a la gente nacida entre 1960-1980 y crecí escuchando Heavy Metal. Mi primer disco fue de KISS, me lo compró mi papá circa 1979. En sus letras no había contenido de protesta o algo por el estilo, pero si se referían a temas como el amor, fiesta y diversión, temática con la que los que los jóvenes de la época se sentían identificados.

Llegaron los años 80 y eso marcó una explosión de oferta musical donde se derivaron muchos otros subgéneros que abarca el Heavy Metal: Glam, Thrash y Black Metal, por nombrar algunos. Cada uno de estos estilos enfocado a un nicho específico de público al cuál iría dirigido. Temas como el sexo, la guerra y la política ahora estaban presentes y cada quién se iba acoplando al estilo que más le interesara. El Heavy Metal es tan universal, que hoy es un fenómeno mundial y existen bandas y fanáticos alrededor de todo el mundo, y México no es la excepción. Este país (y toda América Latina) ha visto el surgimiento de bandas de gran calidad que son reconocidas y aclamadas en Europa, Estados Unidos y varios países de Asia. Entre ellas te puedo nombrar a Molotov, banda de rock mexicana formada en 1995 y cuyo éxito llegó en 1997 con su álbum ¿Dónde jugarán las niñas?, de donde se desprenden canciones como: “Voto Latino”, “Gimme the Power” y la ahora controversial “Puto”. Un álbum lleno de crítica social, sátira política y palabras altisonantes. Pero esto no fue un impedimento para que su éxito lo llevara a vender más de 1 millón de copias y pronto se colocara en la lista de los álbums más vendidos por una banda mexicana. No podemos negar que es una agrupación que marcó una diferencia en la industria musical de nuestro país.

¿Y a que viene esta clase de historia? A eso voy…

Según Wikipedia, “Copo de Nieve (Snowflake), es un término peyorativo que caracteriza a una persona con un alto sentido de la singularidad, vulnerabilidad emocional, que se ofende fácilmente, que es incapaz de lidiar con opiniones opuestas y posee escaza resiliencia”.

Y cito lo anterior, ya que en días recientes he escuchado y leído en redes sociales acerca de cómo ahora la gente, en su mayoría jóvenes, han lanzado quejas acerca de algunas letras de las canciones de esta banda mexicana de rock. En lo personal, creo que es música de verdad, interpretada por músicos reales, hablando sobre situaciones REALES y cotidianas que, sin importar clase social o nivel económico, tocan temas en los que todos podemos sentirnos identificados.

Al menos yo recuerdo, ir conduciendo mi auto con las ventanas abajo y el estéreo a todo volumen escuchando mis canciones. Y lo hacía de esa manera, para que los de afuera se dieran cuenta, que ese era el estilo de música que me gustaba. Una sutil manera de comunicarle a los demás quién era yo y sobre lo que pensaba. La mejor parte venía cuando había un semáforo delante y veía la cara de la señora mayor del auto de al lado, cuando me detenía junto a ella a esperar el verde y la mujer se persignaba mientras se escuchaba desde mis bocinas: “Chingo yo, chingas tu ¡CHINGA TU MADRE!”.

Ah, que bonitos tiempos… También recuerdo que cantaba: “Dame dame dame todo el power, para que te demos en la madre…”. Y es que se trata de una letra atemporal que, a más de 20 años de haber sido escrita, retrata a la perfección la situación política actual.  

Pero quiero enfocarme en específico a la canción llamada “Puto”, la cual usa esta expresión muy mexicana para referirse a alguien de manera despectiva, pero sin indicar una connotación sexual. ¡Se trata meramente de eso, una expresión! Yo, al igual que muchos otros, la hemos usado mientras se platica con amigos. Como cuando decimos: ¡Ándale güey vamos, no seas puto! Y no por eso nos sentimos ofendidos por usar la palabra, pues entendemos que NO es lo que se dice, sino la INTENCIÓN con la que se dice. Es algo así como la importancia del uso de la “coma” al escribir, pues no es lo mismo: “Vamos a comer, abuelo” que “Vamos a comer abuelo”… hay un mar de diferencia.

Pero esta gente con sentimientos tan frágiles como un mazapán, no soportan la idea de que los que venimos antes que ellos tenemos por así decirlo, esta “tradición” y costumbre de usar palabras altisonantes para referirnos a algo o al hablar entre nosotros. No está mal visto hablar así entre nosotros, es más, si algún mexicano en un grupo de amigos no habla con maldiciones, aunque sea un “güey”, no es alivianado o no está en onda. ¡Mexicano que se respete habla con maldiciones! Y no es de mala educación, es que así es nuestra naturaleza genética.

El ser humano es tan inteligente, que podemos comunicamos no sólo con las palabras, sino también con los sentimientos. Así lo hacíamos desde los tiempos de las cavernas y así lo hacen también los animales. Es una especie de lenguaje que no necesita palabras, pues con tan sólo el sonido y la intención con la que se emite ese sonido, uno puede entender lo que se quiere decir.

Y con estas ideas progresistas que se están tratando de instaurar, sólo veo un fútil intento de tratar de cambiar la manera centenaria y folclórica que los mexicanos tenemos al hablar. Y digo que es fútil porque si algo tenemos los mexicanos, es que somos extremadamente tercos. Nos sentimos orgullosos y nos encanta nuestra manera tan desenfadada y florida de expresarnos. Nuestro lenguaje es parte de nuestra identidad, sin él no seríamos mexicanos y pasaríamos desapercibidos ante el mundo como sólo un pueblo latinoamericano más.

Necesitamos esta forma de hablar, así como necesitamos nuestra manera de desahogarnos a través del lenguaje, con todos sus asegunes y todas esas palabrotas y gestos exagerados a la hora de sacar nuestra ira, frustración y enojo… pero que de igual manera las usamos para expresar amor, alegría y amistad. 

¡El español hablado en México debería ser Patrimonio de la Humanidad!

Así que a todos aquellos que andan diciendo que la canción de “Puto” debería ser censurada, les dedico a todo pulmón el coro de la otra canción de Molotov: ¡CHINGA TU MADRE! 

Eso sí, con todo respeto.



René “Reno” Aldrette 
blackmetalmvffin@gmail.com 
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Twitter: @blackmetalmvfin 

Arquitecto, artista plástico, músico y promotor del género del Metal. Actualmente conduce el canal digital Black Metal Mvffin y promociona la cultura de la escena musical.