La historia detrás
del héroe
Sobre
la Batalla
de Puebla y
las elecciones
“Las armas mexicanas se han cubierto de
gloria”, escribe el general Ignacio Zaragoza –
comandante del ejército nacional durante la
Batalla de Puebla– a Benito Juárez para anunciar
la victoria contra Francia el 5 de mayo de 1862.
El suelo también se cubrió de sangre y tragedia,
pero eso no venía en la misiva.
Festejamos cada 5 de mayo con un asueto para
conmemorar “una de las jornadas más gloriosas
que registran nuestra patria”, citando al archivo
de la SEDENA. Este documento habla del arrojo
de Zaragoza, de la valentía de los militares y del
infortunio de los franceses. No menciona, en
cambio, que ganamos esa batalla, pero perdimos
la guerra. Tampoco que el ejército francés no era
de Francia y tampoco era su primera división;
quién sabe si su primera A. Convenientemente,
esa información queda fuera.
Entiendo que un país tan bebé como lo era
México entonces (apenas unos 40 añitos oficiales)
necesitaba una victoria y requería héroes que
representaran una patria “aspiracional” que
justificara las pérdidas pasadas y la violencia
venidera. Sin embargo, siglos después, las
escuelas siguen ensalzado a los personajes
históricos de forma mesiánica. Pero para eso
estamos en “La historia detrás del héroe”.
Antes de que levanten sus antorchas, quiero
decir en mi defensa que esto no lo digo para
demeritar el triunfo de aquellos soldados ni
para decir que no merecen reconocimiento.
Guiada por la misma aspiración patriótica,
quiero recordarle a la ciudadanía mexicana
que los héroes, a pesar de que nos los han
representado como seres mitológicos, no
eran dioses. Que nosotros también podemos
cambiar la dirección en la que va el país. Dato
conveniente en temporada electoral, ya que la
memoria histórica no es nuestro fuerte.
La historia la escriben los ganadores. Antes de
creer a ciegas en la palabra de alguien o aquello
que representa, recordemos que nada es blanco
o negro, que siempre hay intereses en los que,
como ciudadanos, no estamos considerados.
Recordemos que cada candidato está tratando
de ganar y escribir su versión de la historia. No
es reproche, es su trabajo. A veces, con tal de
ganar, están dispuestos a cubrir las armas de
sangre, pero no de gloria (esto sí es reproche).
Así que quiero invitarles a que se informen de
propuestas y de planes, de antecedentes y
evidencias, no solo de basura mediática.
Finalmente, estimados lectores, quiero recordarles que la historia la escribimos nosotros todos
los días, independientemente de quién gane en
las boletas electorales.
Andrea Díaz Nacida en Victoria, Tamaulipas
y Licenciada en Letras por la Universidad de
Monterrey. Se ha desarrollado principalmente en
los ámbitos de las causas sociales, la violencia de
género y la filosofía del lenguaje.