Sin audiencia
no hay medios
El cine
post-pandemia
Los tiempos difíciles
representan el doble
riesgo de que la forma
de contar historias se
refuerce o diluya.
Ha pasado casi año y medio y todos los países
del orbe se alistan para recuperarse de tanto
tiempo de encierro, de economía paralizada
y vida social congelada por la pandemia de
COVID-19 que nos agobia a todos.
Aunque todas las actividades se han visto afectadas, aquí nos corresponde abordar las vinculadas al entretenimiento y, en particular, a la
producción audiovisual: video, TV, contenidos
para plataformas (streaming) y cine.
Las productoras, distribuidoras y exhibidoras
de todo el mundo han buscado cómo retomar
la actividad en foros, estudios y sets de rodaje
de películas y series para televisión, así como
para reabrir, convenientemente y sin riesgos,
las salas de cine.
Entre los nuevos criterios de operación de las
salas están las dulcerías equipadas al 100%
con máquinas expendedoras, reservaciones
exclusivamente en línea, asientos escalonados
y dosificación en los accesos. También, se han
explorado variantes como exhibiciones al aire libre, el regreso de los auto cinemas y reforzar
el visionado por “descargas” con programaciones que combinan los títulos que, hasta ahora,
están pendientes por estrenar.
Como todas las empresas y negocios, la audiovisual, ha sufrido grandes pérdidas. Cada
retraso en un estreno implica una cadena con
muchos títulos detrás que generan un “cuello de
botella” que ha empeorado al retomar la producción regular: muchos por estrenar y tantos
más en producción que, en conjunto, diluirían
la atención e inversión de los espectadores.
Mención aparte los líos que se generan con
relación a las entregas de premios, festivales
y demás eventos que dependen del flujo del
ciclo anual de películas.
En investigaciones realizadas por Screen Engine,
una empresa especializada en entretenimiento
en cine, TV, video e internet, la cuarta parte de los
encuestados afirmaron que no piensan regresar
a las salas antes de otoño. Por eso, los estudios
guardan sus principales títulos para estrenarlos
en paquete, mientras que los títulos menores se
dejan para otras ventanas, como TV de paga
y plataformas.
Las cadenas de exhibidores están preocupadas
por los cambios en las costumbres del público
y sus decisiones de consumo que, claramente,
se han ido determinando y afianzando por la
comodidad de ver películas en casa; una opción
que siempre ha estado pero que nunca tuvo
tanto peso como ahora y a la que tal vez no estén
dispuestos o en condición de dejar fácilmente.
Por otro lado, ¿qué pasa con el cine de arte, para
el que los presupuestos suelen ser reducidos,
al igual que el número de salas disponibles y
hasta el grueso de audiencia interesado?
La producción cinematográfica y televisiva “de
autor”, presenta áreas de impacto que tienen
que ver con los temas por abordar, los puntos
de vista de desarrollo de historias y personajes,
estructura narrativa y estética.
Quienes generan estos contenidos confían en
que éstos se verán fortalecidos al pasar la crisis,
porque -suponen- el público estará cansado
de los productos ligeros o comerciales que se
han tenido al alcance durante el confinamiento.
Personalmente no estoy tan de acuerdo con
lo anterior, pues cada persona busca lo que
le resulta de interés, así esté en encierro o en
libertad y, ciertamente, así como se han tenido
opciones ligeras para el mero esparcimiento
y distracción, también se han tenido otras de
gran peso intelectual y artístico.
Lo cierto es que cada vez se generan más
propuestas, tanto desde fuera como desde
en claustro.
Esta situación, como cualquier etapa difícil, está
representando un reto, aprendizaje y posibilidad
de crecimiento; una esperanza de encontrar,
como en las películas amables, un final feliz en
el que todos salgamos ganando, siendo seres
de mayor calidad humana y en un entorno propicio para que el “Después de la pandemia” sea
mejor que el “Antes de…”
edui_tijerina@yahoo.com.mx
Twitter: @EduiTijerina
Instagram: @eduitijerinachapa
Escritor, dramaturgo, guionista,
asesor y analista de medios. Autor de numerosas piezas
teatrales y de scripts para películas como “Cantinflas”,
“Juan Diego” y “Jesús de Nazaret”