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La invención de la memoria | DIANA ELISA GONZÁLEZ | Julio 2021

La exquisitez de ser nosotrxs

La invención de la memoria

Hace años, un maestro al que recuerdo con especial afecto, llegó a decirnos en clase: “Cuando llegue el día final, no olviden llevar lo más importante”.

No el dinero, no la ropa, no títulos o posesiones.

A partir de ese momento me cuestioné:

¿qué tengo que deba cuidar para el momento final? No pude darme respuesta, pero supe que había encontrado algo.

Hace unos días lo recordé, cuando arreglando documentos me topé con cajas de negativos y fotos, muchas fotos. 

Las descubrí sin querer y parecía que me tenían guardada esta sensación: de que todo es efímero y los momentos se nos escapan como agua en las manos. Así como llegaron de manera inesperada, se fueron igual: momentos, rostros, historias.

Y esta sensación de finitud, se ha detonado con gran fuerza en los últimos tiempos en que gran parte de nosotros hemos perdido a alguien por la pandemia u otras causas; sin duda pérdidas que solo el tiempo acomodará en el sitio donde duela menos.

Afuera llueve y adentro también. 

¿Qué hacer para que la memoria preserve los momentos, las risas, los olores, todos los recuerdos?

¿sacar las fotos de las cajas y los álbumes? 

¿volver las casas museos y altares a quienes formaron parte de nuestra historia? 

¿puede esa imagen en papel, regresarnos el sonido de las palabras o hacernos sentir nuevamente? 

¿puede esa imagen expresar, quien fue la abuela o esa persona que ya no está presente en nuestra historia cotidiana? 

¿debemos valorar los recuerdos o más bien soltarlos cual lastre?  

Miro las fotografías que encontré y trato de leerlas:

Cuando fui, cuando estuvimos, cuando ocurrió, cuando pudo darse, cuando fue la primera o la última vez, cuando no sabíamos o cuando empezábamos a saber. Simples rituales comunes.

Las toco, las miro, las huelo. Trato de leer los pequeños signos que en ella descubro.

¿por qué se tomó ese momento y no otro? 

¿por qué guardé la fotografía? 

¿por qué tiene anotaciones? 

¿por qué está recortada?

Y esto me hace pensar en las fotografías y su papel en nuestra memoria, pues cada trozo de papel es un fragmento de tiempo y espacio, que tiene un valor discursivo sobre el por qué lo captado y no otra cosa, y el por qué de ese momento y no otro.

Es una huella y ausencia del resto. Pedacito recortado del mundo por alguna razón. También una frontera con el paso del tiempo, los demás y uno mismo. 

Las imágenes fotográficas solo testifican un momento y es la narración del espectador la que agrega valor, por ello Tzvetan Todorov dice que se debe tener cuidado con la manipulación de los recuerdos.

Pero… ¿qué tanta fantasía viste los recuerdos? ¿qué tanto es verdad y qué tanto es invención?

Fotografías que nos cuentan o con las que contamos nuestra historia, pues estamos hechos de lo vivido y eso construye la identidad. Finalmente, la memoria es el pasado filtrado y reconstruido dice el autor.

Y es que la memoria siempre será parcial, y reconstruiremos los hechos desde la lógica propia, desde nuestras filias y fobias, desde nuestro marco personal, desde la colectividad.

Fotos, fotos, fotos, las toco, las miro, las huelo.

Dicen las abuelas que lo bailado nadie nos lo quita.

Mejor pidamos que pongan la música y que siga el danzón. 



Diana Elisa González Calderón 

Docente e investigadora en la Universidad Autónoma del Estado de México