¿Profesionalización de las Artes?
Un artista debe ser capaz de convertirse en el empresario de su propio arte y crear
la estructura necesaria para lograr el éxito.
¿Cómo han estado estimados lectores? Bienvenidos nuevamente a su
revista ARTE Cultura y Sociedad, la
nueva forma de ver a la cultura.
A través de los años, un tema recurrente en diversos ámbitos artísticos,
es y ha sido siempre el de la informalidad, antivalor que se observa
de diferentes formas a través de los
variados procesos inherentes al tema
de la cultura y las artes.
Desafortunadamente, la informalidad se observa con mucha facilidad de manera frecuente, cuando
el artista no factura a sus clientes,
cuando no está dado de alta para
pagar impuestos, cuando no cuenta
con un espacio establecido de trabajo, cuando no honra compromisos
o cuando no cumple con sus fechas
de entrega debido a que “no amaneció” inspirado.
Es evidente que dentro del gremio
artístico, hay personas muy comprometidas, dedicadas, serias, sensatas y formales. Sin embargo, no
me dejará mentir, que en una gran
mayoría de las ocasiones, esa formalidad que se convierte en la base
para la profesionalización, no está
presente.
En referencia a lo anterior, usted quizás recordará que hace algunas semanas, tuvimos el
gusto de tener en esta publicación, al cantante
internacional Alex Stam, líder del espectáculo
Cross Road The Bon Jovi Live Experience, uno
de los mejores espectáculos actualmente de
su género y con quien tuvimos la oportunidad
de charlar.
Algo que me gustaría resaltar de esa entrevista,
fue el grado de seriedad con el que Alex maneja
su espectáculo. Comentaba que siempre buscaban la perfección en cada una de sus presentaciones, tanto en lo musical; como en los
diálogos, imagen, personificación, vestimenta,
movimientos y producción.
Sin embargo, la profesionalización
no sólo se observa en el producto o
propuesta final, sino en el proceso
inherente para llegar a dicho producto o propuesta. En el caso particular del espectáculo The Bon Jovi
Live Experience, Alex mencionaba que
la base de su éxito, estaba en contar
con una gran empresa que lo respaldara, un excelente manager, un
buen plan de marketing, una sólida
estrategia comercial, un gran equipo
de trabajo, una buena relación entre
los miembros de la banda, una vida
ordenada, saludable y mantener un
buen balance entre lo personal y lo
profesional.
En resumen, un artista debe ser capaz
de convertirse en el empresario de
su propio arte y crear la estructura
necesaria para lograr el éxito. Debe
reflejar formalidad, estabilidad, seriedad, consistencia, cumplimiento y
compromiso, al igual que prepararse en diferentes ámbitos que le
permitan desarrollarse, como lo son
el administrativo, contable, laboral y
comercial.
Indudablemente, el artista que llega
más lejos, no es necesariamente el
más talentoso, sino el qué a través de
acciones, hábitos y constante preparación, logra la profesionalización de su arte.
¿Por qué no fomentamos entonces, la profesionalización del arte a través de nuestras instituciones culturales, tanto públicas como privadas?
Como que ya es hora de verdaderamente impulsarlo y dejar de subsidiarlo mediante migajas.
robgarza@att.net.mx