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La vida musical en el Barrio Antiguo de Monterrey
Era un entorno que parecía sacado de otra época, donde no solo se compraban antigüedades y obras plásticas, sino donde también se disfrutaban variadas propuestas musicales.
Desde mediados de los 80’s y durante la década de los 90’s, el Barrio Antiguo de Monterrey se convirtió en un lugar enigmático, lleno de artistas underground, hippies, músicos, pintores, poetas y gente fresa, que buscaba verse interesante. Un espacio en el corazón de Monterrey, donde no solo se compraban antigüedades y obras plásticas, sino donde también se disfrutaban variadas propuestas musicales.
Durante un jueves cualquiera, se podía observar a los repartidores entregando cerveza y a los empleados de los antros barriendo, arreglado y surtiendo lo necesario para darle vida a sus espacios.
Recuerdo que todo comenzó con un lugar llamado “El Mesón del Gallo”, un espacio austero y mágico, donde se tocaba música de trova y canto nuevo. Más adelante, llegaría “La Fonda San Miguel”, un lugar donde más de un centenar de artistas y músicos reconocidos del rock, tuvieron sus inicios. Espacio donde se podían observar mesas y sillas con logos de alguna cervecera y músicos que llegaban con su amplificador, cables e instrumentos para deleitar a la audiencia ahí presente. Era interesante observar, como cada banda llegaba con “sus cosas”, para empezar a hacer historia desde el jueves de cada semana.
Poco a poco, el Barrio Antiguo comenzó a crecer, apareciendo otros espacios como el Bar Río, La Diosa, El Cuartel, El Café Iguanas, El Tango, El Reloj, El Hemisferio y muchos otros. Recuerdo que era común que nos visitaran personas de otras partes del país, ya que la zona se había convertido en todo un atractivo de la ciudad.
En ese entonces, “El Barrio” como le llamábamos, era nuestro espacio, un lugar que ofrecía cada noche gran calidad musical y donde todos ganaban: los músicos, los antros y los clientes. Recuerdo muy bien que cada noche, nos cruzábamos todos los músicos para tocar en el antro de enfrente. Era común que todos tocáramos en más de un antro del Barrio Antiguo cada noche.
Desafortunadamente, unos pocos dueños de lugares se pusieron de acuerdo para pagar menos a los músicos, afectando así al espectáculo mismo. Después, más dueños se unieron a estos y pues ya se imaginarán lo que ocurrió: empezó a decaer la calidad musical y se empezaron a contratar a bandas “de cochera”, con tal de poderles pagar con cerveza y unos cuantos pesos.
Recuerdo el día en que entré a uno de estos lugares, y pude escuchar lo mal que tocaban y cantaban ahí adentro. Llegué inclusive a pensar, que algún cliente se había subido a cantar por diversión. Ante mi sorpresa, no era ningún cliente, sino el grupo musical del lugar. Curiosamente en ese momento, se paró a un lado mío el dueño del antro, por lo que aproveché para comentarle sobre la mala calidad del grupo musical, a lo que me contestó: “pues sí, pero les pago bien poquito y mira, el antro está lleno”, señalándome a la gente que ya con “copas encima” no paraba de saltar y bailar.
La decadencia musical no fue inmediata, pero si se convirtió en un factor importante para la eventual caída del Barrio Antiguo de Monterrey. A fin de cuentas, la gente siempre buscará la calidad musical a la que está acostumbrada.
Músico y compositor regiomontano, que desde muy joven incursiona en el ambiente artístico como músico y actor. Ha formado parte de bandas XO, Conspiración, Contraste, Cherokee y actualmente Coyote Rock Band.
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