Sin audiencia
no hay medios
Lo bueno
merece
repetirse
Cada vez son más los que, ante la efervescencia
de “remakes” en cine y televisión, afirman que “no
hay talento entre los nuevos escritores”, dejando
en claro su falta de información sobre criterios
y procesos de producción en la industria del
entretenimiento y acerca de las exigencias del
oficio de los guionistas.
Los puristas afirman que no es necesario volver
a hacer algo que ya se hizo bien. Sin embargo,
el tema va mucho más allá que, simplemente,
“volver a contar una historia exitosa”.
Hay enfoques que contemplan tanto afanes
comerciales como de expresión artística y hasta
por acercar los viejos materiales renovados a
las nuevas audiencias.
Los ahora llamados “remakes” (“rehacer”) no tienen, necesariamente, que ver con los conocidos
como “refritos”. Básicamente, los unos y los otros
difieren, de entrada, por temas de calidad tanto
en fondo como en forma.
Importante señalar la diferencia de ADAPTACIÓN
y REMAKE. Adaptación es adecuar el código de
una historia para presentarla en otros formatos.
Por ejemplo, de un cómic a una serie o película.
De una película a una novela impresa. De una
serie animada a una pieza teatral. En fin.
El REMAKE, también implica adaptar, pero, en ese
caso, es hacia nuevas versiones sobre el mismo
código. Es decir, películas, series, telenovelas y
demás formatos, basados en proyectos anteriores del mismo formato.
Estamos conectando con un modelo de industria
en el que se capitalizan recursos narrativos ya existentes, atendiendo a necesidades de actualización
y ajuste temático, ritmos, tonos y demás variables
dirigidas al perfil de las nuevas generaciones.
Quienes vimos las versiones originales quedamos
atados a ellas porque nos recuerdan momentos específicos de nuestras vidas. Y si tuvieron
éxito o quedaron como íconos de esa etapa,
más aún. Pero a las nuevas generaciones tal
vez no les atraiga tanto ver las “de antes” -aunque debieran, para hacer análisis y comparar con
fundamentos- y prefieren otra forma de contar,
con sus actores favoritos como protagónicos, en
escenarios naturales y/o más vistosos, con nueva
música interpretada por cantantes de moda,
con efectos más atractivos, en fin.
En cuanto temas para historias, podemos decir
que “no hay nada nuevo bajo el sol”. Lo que
ofrece novedad es la manera de armarlas, desarrollarlas y presentarlas. Hay muchas que son
joyas que merecen volver a ser vistas, pero también hay otras que merecen revisitarse, retratarse una y otra vez, sea por el éxito ya logrado
o porque la base fue buena pero no alcanzó un
desarrollo atractivo y amerita un nuevo intento.
Son numerosas las versiones que quedan mal y
no funcionan. También están las que consiguen
gran aceptación. Pero es como en todo. Incluso as originales pueden ser buenas o malas desde
el principio. ¡Son tantos los ejemplos de películas o series que nadie vio y cuyos argumentos
han sido retomados para armar producciones
poderosas, que arrasan en taquillas o ratings y
acaparan premios!
Además, ¿se han puesto a pensar que en esta
vida todo tiene adaptaciones? Todo es propenso
a los “remakes”. Los autos, que, con ligeras modificaciones respecto a entregas anteriores, ofrecen
sus “modelos del año”. La moda tiene las mismas
bases con ajustes y rediseños que se adaptan a
texturas, colores y líneas del momento. Los platillos, los peinados, la música. ¡Todo!
En cuanto el trabajo creativo, puedo asegurar
que los guionistas de historias “derivadas” (adaptadas o rearmadas) tienen que esforzarse tanto
o más que cuando se genera una “primigenia”
(original), empezando porque el público estará
a la espera de ver qué se hizo con lo que ya
conoce, hasta dónde se respetó la línea, qué
tanto se le quitó, agregó o modificó, en fin. El
público nuevo, al estar enfrentando la trama
por primera vez, la recibirá y asumirá como “su
original”, y ya le tocará analizar y criticar a partir
de ella las futuras adaptaciones.
Lo que para muchos de nosotros es la “versión
inicial” de una historia, tal vez fue el remake de
una que no vimos. Basta con investigar un poco.
Podemos encontrar muchos ejemplos de
“remakes” que no consiguen éxito por la tendencia natural del público de esperar lo mismo que
en el original y a exigir tanto que se le destroza
casi en directo, aún y cuando la propuesta sea,
por sí misma, muy buena.
Aquí el asunto es tener los mayores peso y fuerza
posibles para cargar con el recuerdo de la o
las antecesoras.
¿Por qué no, simplemente, sentarse a ver, disfrutar -o sufrir- y analizar cada producto por sí
mismo, como lo que es: unidad de producción
audiovisual para nuestro mero entretenimiento?
edui_tijerina@yahoo.com.mx
Twitter: @EduiTijerina
Instagram: @eduitijerinachapa
Escritor, dramaturgo, guionista,
asesor y analista de medios. Autor de numerosas piezas
teatrales y de scripts para películas como “Cantinflas”,
“Juan Diego” y “Jesús de Nazaret”.