Las netas
de vino
La fascinación
del vino
A menudo la gente me pregunta como Sommelier, ¿Qué hace que un vino sea un gran vino?,
¿Cuál es la fascinación que gira alrededor del
mundo del vino?
Creo que durante la vida de todo wine lover,
vamos tratando de descifrar esta respuesta,
una historia que abarca desde las primeras
civilizaciones de oriente, donde se podrían
llenar volúmenes enteros de libros, sobre
donde se encontraron evidencias en tablillas,
papiros, tumbas, vasijas y ánforas; y donde
se representa a la humanidad como seres
de trabajo, que gozan, sufren, aman y siempre
se hacen acompañar por una jarra de este
fascinante líquido.
El vino fue una bebida alabada por los Faraones,
evidenciándose lo anterior en diferentes pinturas
de la época. Adicionalmente, los Fenicios se
encargaron de la domesticación de la vid y la
vinificación de la vitis.
¿Qué habrán encontrado los griegos 350 años
más tarde, para decidir industrializar el vino en
la península itálica, que abarca Italia, Francia y
España? Quizás ellos encontraron las primeras
respuestas, al referirse al vino como el jugo de los
dioses, glorificándolo con su propio Dios Dionisio
Es posible también, que Platón y Eurípides descifraran otro misterio, al aconsejar el tomar una
copa de vino para la salud, otra para el amor
y una última para el sueño.
¿Qué habrá hecho que los Romanos escribieran
tanto sobre el vino, su elaboración y su buena
conservación? Se sabe que ellos lo consideraron
un producto de primera necesidad, una bebida
que era tomada desde el Cesar, hasta por los
esclavos y guerreros, diferenciando un indicador
su riqueza y alcurnia.
El vino y la Monarquía siempre remarcaron la
historia con gran fastuosidad, siendo el vino
una fuente de inspiración para artistas, que lo
mostraban en una infinidad de obras, testimonios literarios y cámaras funerarias.
Además, el vino siempre ha tenido un gran
significado para la Iglesia Cristiana, que lo
considera una sustancia divina y representa
la sangre de Cristo en sus rituales.
Quizás el principio para descifrar todas estas preguntas, es simplemente comprender, que cada
vez que abrimos una botella de vino y bebemos
un sorbo en el presente, estamos ciertamente
tomando en el pasado; en ese momento que
esas vides fueron cultivadas en el mejor terroir,
cuidadas con esmero; esas uvas escogidas
para cosecharse, en donde después el enólogo
como artista, fue trazando con pinceladas su
toque personal, esas cavas que guardan en
barricas el elixir de noches de cuidado y desvelo,
esos meses que pueden convertirse en años de
espera para ser embotellados, para que por fin
lleguen a las manos del consumidor.
Quizás deberíamos dejar de preguntarnos y
entender, que, cuando tomamos una copa de
vino, estamos conectando con la madre tierra,
con esas manos que intervinieron en su proceso
y que nos hacen conectarnos con nuestra propia
humanidad.
Instagram: monica_catal
Mónica Alonso Avelar
Fundadora
de Cátalo Winclub, Licenciada en
Administración de Empresas Turísticas,
Sommelier por la Organización
Nacional de Sommeliers de México (ONSOM), con curso
de Enología por la EVA y con curso WSET 3 (Wine & Spirit
Education Trust de Londres).