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JAVIER VILLANUEVA & ALBERTO HERNÁNDEZ | Inche Kai Che | GABRIEL ARENAS | Junio 2022

Por: Gabriela Arenas
Fotografía: Cortesía Entrevistados e Internet


JAVIER VILLANUEVA & ALBERTO HERNÁNDEZ 
Inche Kai Che

Javier Villanueva y Alberto Hernández nos presentan su nuevo libro Inche Kai Che (grito de guerra Mapuche) una novela de ficción histórica, que, con un enorme enfoque utópico, refleja el sentimiento que comparten ambos autores, a favor de las luchas sociales, sindicales y políticas de toda América Latina.

En sus páginas podremos descubrir el anhelo de ambos autores, por una sociedad más justa y solidaria, al igual que una base de reflexión sobre el futuro que hemos estado construyendo como sociedad.

¿Cómo nace esta historia y cuál fue el camino para llegar a este libro?

Javier: Siempre he sentido mucho orgullo de mi lado no español, mi familia viene de la región de Catamarca, de ahí surge esta rama. Este orgullo no solo nace por mis orígenes, sino porque trata de un pueblo guerrero, que resistió durante poco más de 200 años. Siempre me cuestionaba, ¿Por qué resistieron 200 años? Los Mapuches no tienen pirámides, ni grandes construcciones como los aztecas o mayas, tampoco hicieron carreteras como los incas. 

Los Mapuches, así como la gran mayoría de los pueblos de América del Sur, tenían una tremenda visión humanista, en la que el hombre se descubre dentro de un ambiente que es el mismo universo y donde la vida no es solo riqueza o posesión de tierras. Digamos que mi inspiración nace con esto y termina convirtiéndose en un libro.


Alberto: A partir de la inspiración viene la ficción y todo lo que es la construcción de esta novela histórica que reconoce al pueblo Mapuche, como el único que no fue derrotado por los españoles. Le dimos la responsabilidad de ser protagonista de esta histórica ficción, que incluye la sumatoria de otros pueblos, en una aventura que llega hasta España para terminar con la conquista. 

No es una historia original, ya que existen otras obras que hablan de un tema similar, sin embargo, nosotros la hemos recreado con un poco de aventura, romance y una pizca de humor.

Nuestra intención es dejar un mensaje, la posibilidad de construir un mundo mejor, donde todos vivamos en armonía y respeto a las creencias, a la cultura y a la cosmovisión de cada individuo. De cierta forma, es un poco el anhelo que dejamos expresado en la novela.

¿El libro aún no se presenta en la Feria Internacional del Libro en Argentina?

Alberto: He estado firmando ejemplares en la feria, pero en realidad no ha sido una presentación formal, porque la editorial aún no ha terminado de entregar la totalidad de los ejemplares. Una vez que lo hagan, iniciaremos con las presentaciones en Córdoba, Buenos Aires y si es posible a nivel internacional. 

En la novela, ¿qué tanto es ficción y qué tanto es realidad?

Javier: El libro tiene una primera parte en la que propone como base lo que realmente ocurrió, asentándose sobre una línea geográfica que es verdadera. A partir de ahí viene toda la ficción. 

El 70% de la novela es ficción, pero lógicamente sobre un marco histórico, así como los españoles vinieron del norte al sur, nuestra tropa va del sur al norte, con la diferencia que no van a conquistar nada, ni a ocupar territorio, no están interesados en riquezas, lo único que pretenden es decirle al imperio: “!Basta!, lo único que queremos es vivir en paz”.

Javier Villanueva


“Los pueblos indígenas tanto de este continente como de otros, tienen una constante, que es la unión con la naturaleza” Javier Villanueva

¿Existen datos en la novela que nos lleven a pensar que pudo ser viable ese viaje de América a España? 

Alberto: En realidad no, es totalmente ficción, aunque tiene una parte de realidad histórica. Hay un planteamiento en contra del eurocentrismo, al cual estamos ligados culturalmente, porque la historia la hemos conocido a través de una visión europea. Por otra parte, también hay un planteamiento anticlerical. Los españoles llegaron a América con la espada y la cruz a convertir a los supuestos salvajes, herejes, que la iglesia consideraba poco menos que animales, mientras se cuestiona al canibalismo. 

¿Es un texto que choca con la visión eurocentrista de la conquista impuesta por occidente?

Javier: Lo que queremos mostrar en el libro, es esa fuerza con la que llegan los españoles a América. Entran en 1492 con la misma fuerza con la que habían luchado por más de ocho siglos los reinos cristianos para expulsar a los moros y árabes de España.

La iglesia católica estuvo muy metida con un doble papel, como siempre lo tuvo. Por un lado apoyaba a la conquista, ese proceso de opresión y de despojos, y por el otro, se daban cuenta que lo que estaban haciendo estaba mal desde el punto de vista cristiano. Europa estaba en pleno Renacimiento, mientras España vivía en plena Edad Media. Llegó a América lo peor de la Edad Media, la inquisición, sin duda, el papel de la iglesia fue retrogrado.

Cómo podrían justificar si un Mapuche cuestionara: ¿Por qué hablan de nosotros?, ¿quiénes son ustedes para venir a contar nuestra historia?

Alberto: En principio, nosotros escribimos esta historia desde nuestra perspectiva, con nuestra visión. También tuvimos dudas sobre cómo podría ser recibida por los hermanos Mapuche. Hemos tratado de ser lo más rigurosos posible con todo lo concerniente a su cosmovisión, ritos y creencias. Quizás pudiéramos haber errado en algunas cosas.

El reclamo que expresamos en el libro no es solo nuestro, sino de muchos sectores sociales, de gente trabajadora, de feministas. Es un nuevo orden de la humanidad, donde debemos convivir con nuestras creencias y cosmovisiones, es decir, una sociedad verdaderamente plural y democrática.

Javier: Todo autor tiene derecho a la libre expresión, y lo hemos hecho con todo el respeto y fundamento, basados en una gran bibliografía, que se comenta a lo largo del libro. El escritor debe tener derecho a tomar un punto de vista y reivindicarlo.

Alberto Hernández

“El reclamo que expresamos en el libro no es solo nuestro, sino de muchos sectores sociales” Alberto Hernández.

¿Habrá oportunidad de que compartan su trabajo con la comunidad Mapuche y que obtengan retroalimentación sobre la esencia del libro?

Alberto: Lo hemos intentado. Lo que sucede, es que el pueblo Mapuche tiene su propia lucha, su propia agenda. Más allá de aquella batalla contra los españoles, ellos tienen con el estado blanco occidental una lucha por recuperar parte de sus derechos ancestrales, que les han sido expropiados por el capitalismo y el estado. 

Esperamos no solo compartir problemas, esperamos no solo compartir este texto, sino también enriquecerlo. Estamos pensando en una segunda edición probablemente más rica en contenido. 

Javier: Hemos hecho una serie de contactos, es importante decir que este libro es oportuno; en Chile se están gestando grandes cambios sociales. Durante estos dos años de pandemia, han estado en la calle en lucha permanente, principalmente los jóvenes, estudiantes y la clase media, combatiendo contra los escombros que todavía quedan de la dictadura de Pinochet, así como contra la constitución dictatorial, la cual no tiene el más mínimo respeto por los pueblos nativos.

Los RapaNui, como los Dieguitas y los Mapuche, tienen una representación para modificar la vieja constitución pinochista. La presidenta de la asamblea constituyente es una mujer Mapuche.



¿De cierta forma la novela indigenista confronta los valores del capitalismo?

Alberto: En general los pueblos indígenas tanto de este continente como de otros, tienen una constante, que es la unión con la naturaleza. Ellos se sentían parte del universo y de una energía cósmica, algo que va en contra de todo lo que ha instalado el capitalismo en el mundo, el individualismo, el afán de riqueza y la apropiación de la tierra, una de las cosas que no están dentro de la cosmovisión.

Mapuche o de los pueblos originarios, es la idea de la propiedad privada. En este sentido hay una confrontación directa con todos los valores del capitalismo, sobre todo del neoliberalismo. En ese sentido Javier y yo compartimos esos valores universales. Ya vivimos la militancia de los 70’s, imbuidos en todos estos ideales socialistas.

“Los Mapuches, así como la gran mayoría de los pueblos de América del Sur, tenían una tremenda visión humanista” Javier Villanueva.



¿Podríamos decir que mucho de ese espíritu revolucionario se encuentra en la novela?

Alberto: A estas alturas, la palabra “revolución” queda muy alejada, pero persiste el anhelo de una humanidad diferente, más solidaria, más humana, más tolerante y en donde la gente pueda realizarse. Sin duda eso es reflejado en la novela.

Javier: Sobre lo de “revolucionarios”, yo ciertamente quisiera acotar que hemos trabajado mucho la idea de una utopía. Fuimos revolucionarios en nuestra juventud, hace 50 años, hoy en día sabemos que, a falta de una revolución de ese estilo, buenas reformas son siempre bienvenidas. Pero reformas de verdad, que ayuden a los que no tienen nada o muy poco, y no solamente a los que tienen mucho. 

¿Qué enseñanzas nos dejan estos pueblos originarios?

Javier: Por un lado, nos enseñan la resistencia, esa capacidad de decir “no”. La resistencia es tener y defender ideas e ideologías, como lo hacían estos pueblos. Ellos tienen una cosmovisión y se consideran parte del universo y es por eso que se imaginan que pueden renacer en un pájaro, en un zorro o en un árbol.



Alberto: Rescatamos su resistencia ancestral, porque aún después de 500 años, continúan luchando por sus territorios, por su reconocimiento como nación, por su lengua, por el respeto a su cosmovisión. Sin duda podemos aprenderles mucho a estos pueblos.

“Nuestra intención es dejar un mensaje, la posibilidad de construir un mundo mejor, donde todos vivamos en armonía y respeto a las creencias, a la cultura y a la cosmovisión de cada individuo” Alberto Hernández.