La cultura
como base del desarrollo
¿Por qué no poner a la cultura como elemento articulador de los grandes problemas
que nos aquejan actualmente, como la inseguridad, la violencia de género, la
contaminación y la desintegración de nuestro núcleo familiar?
Sin duda, cada inicio de año
nos da tanto la oportunidad de
reflexionar sobre los logros y
aprendizajes del anterior como
la motivación para emprender
nuevos proyectos en base al
camino recorrido.
Les comparto que una de mis
mayores reflexiones en lo referente
a la cultura en la agenda pública,
ha sido la necesidad de replantear su dimensión real y redefinir
su papel dentro del día a día de los
ciudadanos. Seguramente estarán de acuerdo conmigo, en que
su papel no es ciertamente el de
entretener, sino el de convertirse
en una herramienta de transformación social. Entonces, ¿por
qué aferrarnos a seguir viendo a
la cultura como un mero entretenimiento?
Se sabe que la cultura siempre ha
ocupado un lugar preponderante
en los planes de desarrollo de los
países más avanzados. Se sabe,
también, que es fundamental que
las ciudades se piensen y construyan desde y a partir de la cultura.
Entonces, ¿Por qué no articularla
para los escenarios que vienen a
nivel nacional, como, por ejemplo,
el nuevo modelo educativo que,
nos guste o no, sigue avanzando
y se convertirá en la base de la
educación en México?
El actual enfoque cultural es, sin duda, bien intencionado y está dando resultados dentro de la
limitada dimensión que se le ha dado, pero ¿por
qué no ponemos a la cultura como elemento
articulador de los grandes problemas que nos
aquejan actualmente, como la inseguridad, la
violencia de género, la contaminación y la desintegración de nuestro núcleo familiar?
¿POR QUÉ LIMITAMOS
TANTO EL ALCANCE DE LA
CULTURA EN MÉXICO?
Actualmente, cada vez más países
en desarrollo están adoptando el
enfoque de la cultura como desarrollo, creando de cierta forma,
condiciones culturales para su
despliegue económico y social.
Claramente, es fundamental considerar a la cultura como base del
desarrollo, para que la noción de
“política cultural” se pueda ampliar
y convertir en agente de transformación. Cabe destacar que
desde la década de los 70’s se produjo un giro en las políticas culturales institucionalizadas, pasando
desde el limitado ámbito de las
bellas artes, tradiciones y patrimonio cultural tangible, hacia el
fortalecimiento de la ciudadanía
cultural y el desarrollo humano.
Para la UNESCO la cultura es un
elemento de fomento de la cohesión social, la reconstrucción y la
paz. Desde hace más de diez años,
este organismo tiene claro el papel
que juega la cultura en el desarrollo humano, social y económico y
lo centra en la capacidad de los
in-dividuos y las comunidades
para expandir sus oportunidades,
incrementar su bienestar y administrar sus procesos de transformación.
¿No será tiempo ya de ampliar el alcance de
la cultura en México?
robgarza@att.net.mx