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Por: Irma Idalia Cerda
Fotografía: Especial
Fotografía: Especial
El ingrediente más importante
En pleno 24 de diciembre andamos comprando a última hora las cosas que faltaron para la cena; que si la nuez para la ensalada de manzana, que si la canela y el tamarindo para el ponche, que si el queso parmesano para la pasta, y demás similares.
Y después de estar lidiando en el tráfico llegamos a nuestro destino y vemos que está a reventar porque a mucha gente le pasó lo mismo que a nosotros: les faltaron varios productos necesarios para preparar la comida especial para la Noche Buena.
Y todo eso está bien, pues eso quiere decir que nos esmeramos en que todo sea perfecto para agradar a nuestra familia e invitados, pero a veces olvidamos que lo más importante es que vamos a convivir un rato agradable y en paz.
Entonces, creo que no vale la pena el desgaste de ir al supermercado o a varios, porque con la demanda, las cosas se acaban y hay que ir de tienda en tienda hasta encontrar el o los ingredientes que necesitamos para que la cena nos quede espectacular.
Y pensar que mucha gente se conformaría por muchísimo menos, porque no pueden hacer una compra de más de 300 pesos que tal vez alcancen para unos dos pollos asados, pues si quisieran disfrutar de un menú “navideño” tendrían que considerar gastar mil o mil quinientos pesos depende de la cantidad de comida que vayan a preparar.
De igual manera, en este año con la inflación muchos tratamos de optimizar nuestros recursos y “echarle más agua a los frijoles” como se dice coloquialmente. Hay muchas recetas ricas que no requieren de una elaboración complicada y sin tantos ingredientes que bien pueden agradar a los comensales.
Los jefes y jefas de familia vieron afectados sus presupuestos e incluso con el aguinaldo no les fue suficiente para adquirir los juguetes de Santa para sus hijos, o regalos que solían hacer antes a sus seres queridos.
Estamos viviendo una crisis económica, y si le agregamos el ambiente gélido que predominó antes del 24 de diciembre y en ese mismo día, el espíritu navideño estuvo más frío que cálido literalmente hablando.
Pero como bien dice el dicho popular: “lo importante es que tenemos salud”, los que la tenemos, porque lamentablemente muchos pasaron la noche afuera del hospital Universitario o de alguna clínica del IMSS con 0 grados centígrados al pendiente de algún pariente enfermo. Lo positivo es que siempre hay almas caritativas que se acuerdan de estas personas y les llevan café o chocolate caliente con una pieza de pan de dulce.
Y por eso hay que dimensionar qué es lo que realmente importante, ¿una cena de lujo con un vino caro? ¿estrenar un suéter, vestido o zapatos, o todo el outfit? ¿un pino navideño de mil pesos o más? o ¿estar toda la familia reunida, tranquila y sin deudas? la respuesta es fácil. El ingrediente más importante no se compra, es la llama que se enciende en nuestro corazón, es el cúmulo de satisfacciones personales que tuvimos a lo largo del año que se convierte en nuestro mejor regalo. ¡Feliz 2023 a mis queridos lectores!
irma_idalia@hotmail.com
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