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Llamando al Santo, el héroe mágico | SAMUEL RODRÍGUEZ | Julio 2024

Llamando al Santo, el héroe mágico

Las películas de ciencia ficción no son comunes en la filmografía mexicana y aún en la latinoamericana, tenemos una fuerte vocación por el Realismo Social y esto genera una gran parte de nuestro cine. De Ismael Rodríguez a Alfonso Cuarón, del cine argentino al cubano, la inequidad social, el abuso de la autoridad y la reivindicación de las bases trabajadoras nos interesan más que, por ejemplo, el viaje a otros planetas.

Por esto es tan importante el cine de Luis Buñuel o el de Guillermo del Toro, ya que abren vías tanto estéticas como conceptuales. En este sentido en México hay un héroe extrañísimo: Santo, el enmascarado de plata.

Hace poco el genio maligno de YouTube me sugirió una cinta: Santo y Blue Demon vs el Dr. Frankenstein, confieso que la vi completa y con mucho interés.

El Santo es un héroe atípico y sus cintas no son, como comúnmente se cree, Surrealismo mexicano, son otra cosa, parecida, pero otra cosa. Santo es un héroe que tiene su origen en el Realismo Mágico ya que a menudo combate contra mundos cientificistas pervertidos que intentan degenerar la realidad en su provecho, sin embargo, no puede ser Surrealista ya que el Santo colabora con la policía y eso es imposible en cualquier Surrealismo. Santo no está ahí para abrir los caminos hacia otra realidad, está ahí para recuperar una realidad dada. Además, en sus cintas la realidad se disloca, no se combate, lo cual es una característica del Realismo Mágico más que del Surrealismo.

El Santo es un héroe civilizatorio, es decir, su interés es luchar conta un descontrol de la ciencia que nos recuerda a los Faustos. Luego en otras cintas el miedo es más simbolista y las escenas hacen brotar elementos fantásticos en donde el héroe lucha contra la explosión de pasiones casi primigenias y entonces se enfrenta mujeres lobas, vampiros, monstruos de las cavernas, sectas incomprobables, momias, y toda la fauna clásica. Todo esto lo hacen un héroe universal, pero poco mexicanista. Santo es un héroe para todos, no sólo para una raza a la manera de Emilio Fernández. Es un héroe conservador, si bien lucha por los desamparados del mundo, en realidad le importa poco la revisión de las estructuras sociales, más bien las solidifica al trabajar por las instituciones. Esto no lo hace menos bueno, sino menos analítico. Eso sí, el Santo está ahí cuando las instituciones fracasan, lo cual es muy común en nuestra tierra, y ese es el rasgo que lo convierte en una alternativa de justicia y un luchador por la dignidad de los desamparados.

La máscara es un gran aporte de la cultura popular mexicana, de La Lucha Libre. Como símbolo de la lucha entre el bien y el mal nos sugiere que es mejor luchar desde el anonimato para evitar generar un culto a la persona, al anular lo personal crece lo simbólico. 

Sus cintas son a menudo muy entretenidas, absurdas, exageradas y sumamente valiosas ya que abren una vía estética que es muy sugerente. Al final, siempre necesitamos a alguien que nos haga entender que, aunque el mundo sea frágil e injusto, debemos llamar al Santo, no podemos olvidar a los desamparados.


Samuel Rodríguez Medina 
email: samuelr77@gmail.com 
instagram: @samuelrodriguezdiciembre

Profesor de Arte, Cine y Estética en el ITESM campus Monterrey. Cuenta con un posgrado en Filosofía Contemporánea por la Universidad de Granada. Su más reciente publicación literaria es el libro de cuentos “La Ausencia” editado por Arkho Ediciones en Buenos Aires Argentina.