Fotografía: Cortesía Carlotta De Pompeis
La comunicación audiovisual es, sin duda, una de las vías expresivas que más atraen, tanto a los generadores de contenido como a las grandes audiencias. Cine, televisión, streaming, páginas de internet y redes sociales abren cada vez más ventanas de oportunidad para que los realizadores, de distintos formatos y criterios de abordaje, compartan sus ideas, posturas ante situaciones diversas, emociones y propuestas.
Y así como vemos cada vez más posibilidades en ese campo, también hay efervescencia de talentos que, a paso firme, comienzan su avance por el sendero, preparándose, leyendo, tomando talleres, viendo muchas películas, leyendo guiones, analizando las propuestas en programación, en fin.
Uno de esos talentos, cuyo interés se centra en la producción cinematográfica, es nuestra entrevistada de esta edición. Se trata de una chica nacida hace 20 años en Monterrey, Nuevo León, pero que desde muy pequeña se fue con sus padres a vivir a Venecia, luego a Roma, Anzio y, recientemente, volvió a nuestro país para estudiar su carrera universitaria en Ciudad de México. Hoy por hoy, sin duda, puede ser considerada como parte de la sangre nueva de la narrativa en cine. Me refiero a Carlotta De Pompeis.
Comenzamos con Carlotta la niña, cuando te diste cuenta de tu vocación. ¿Te parece?
Crecí en un entorno familiar que me permitía ser yo misma. Aunque mi familia a veces no compartiera mis decisiones, siempre me ayudaron y sugirieron expresarme libremente. Así que comencé a explorar mis intereses, apoyándome en ellos.
Mi vocación por la comunicación surgió en varios momentos, separados entre ellos, pero destacados.
¿Por ejemplo?
Bueno, pues... yo percibía una necesidad de conectar con los demás, pero también pensaba en cómo podía transmitir mis emociones y pensamientos. Recuerdo que cualquier acontecimiento lo trataba, en mi cabeza, de convertir en una película o en una obra de teatro.
Desde que yo era muy pequeña me fascinaba la forma en que el cine y la televisión podían contar historias y generar una plática uniendo personas muy distintas.
¿En qué radicaba esa fascinación?
Yo veía y admiraba la manera en la que estos proyectos cambiaban las perspectivas, generaban pláticas muy encendidas y la gente llegaba a cuestionarse y a cuestionar los demás.
De manera rápida me di cuenta de que todo esto se podía hacer a través del cine, y entendí que mi sueño era que esa se convirtiera en mi manera de comunicar mensajes profundos.
Creciendo y siguiendo mi pasión por el séptimo arte fue como entendí que la comunicación es mucho más que palabras y que, sin duda, sería mi futuro.
¿Cómo defines a un cineasta?
Yo creo que quien hace cine es un doctor para el alma, y es capaz de cambiar vidas a nivel personal y social.
“Creo que quien hace cine es un doctor para el alma”
Por cierto, ¿cómo y en qué momento descubriste tu gusto por la producción audiovisual y, en particular, por el cine?
Recuerdo perfectamente la sensación que me generaba de niña ir al cine, era lo mejor que pudiera pasarme. A medida que crecí, entendí que mi pasión no era sólo ser espectadora, sino también ser yo la que podía crear esas historias que pudieran impactar a los demás.
Si tuvieras que destacar dos momentos clave en los que entendiste que querías ser parte del mundo del cine, ¿cuáles serían?
El primero fue cuando descubrí el trabajo de Tim Burton, especialmente su uso de la animación en stop motion. Ese estilo diferente me dejó impactada. Me di cuenta de que él había creado un estilo único para contar historias emocionantes y que ser uno mismo es lo más valioso que cualquiera de nosotros puede hacer.
Carlotta De Pompeis en rodaje. |
¿Y el segundo?
El segundo y definitivo momento fue cuando vi “La La Land” por primera vez, el día de su estreno en Italia.
¿Qué encontraste de especial en esa película?
La mezcla perfecta a nivel visual, musical y de colores fue una gran inspiración para mí. El hecho de que rompiera con el esquema clásico de la típica historia de amor me dejó impactada, siendo verdaderamente un tributo a los sueños, a las decisiones, y a las luchas que hay que enfrentar para realizarlos.
Esa película me hizo entender que yo quería crear y ser parte de esas experiencias que me dejaron tan marcada.
Y en esta etapa ¿seguiste contando con el apoyo de tu familia?
Mi familia siempre me ha apoyado, a pesar de que al principio creo que fue difícil para ellos aceptar mi sueño y mi pasión por el cine.
¿Algún obstáculo?
Los obstáculos fueron más personales. El ser humano tiene la tendencia a autosabotearse y yo no he sido diferente. Muchas veces he tenido miedo, no me sentía a la altura de mis sueños, pero con el tiempo empecé a confiar en mí cada día más, me repetía que un sueño también tiene que asustar, porque si te asusta significa que es muy grande.
Creer en mí, rodearme de gente que cree en mí, como mis papás, mi familia y mis amigos, fue algo que marcó una diferencia. Siempre habrá gente que tratará de hacernos caer, pero lo que importa es levantarse más fuertes.
Cuéntame de tu formación académica…
Tras haber estudiado primaria, secundaria y preparatoria en Italia, decidí mudarme a México, y actualmente estoy estudiando Ciencias de la Comunicación. En unos semestres más, porque apenas voy en tercero, buscaré especializarme con un Minor en cine.
Al día de hoy agradezco a mi universidad porque me da la posibilidad de alimentar mi pasión y aprender más participando en Talleres y Masterclass, pero fuera de eso me gusta aprender leyendo libros que profundizan mi conocimiento sobre el cine, nunca se termina de aprender, y estoy convencida de que para romper las reglas y salir de la caja, antes hay que manejarlas muy bien.
Como joven interesada en la comunicación audiovisual y en el cine, te estás encaminando hacia una gran responsabilidad social. ¿Cómo te sientes al respecto?
Estoy consciente de la responsabilidad que implica mi sueño. El cine es un arma muy poderosa, que puede influenciar mucho la vida de las personas, por eso es de mi interés por crear historias inspiradoras, que generen conciencia y que muevana esas que yo llamo “conversaciones post cine”, en donde, aunque la película haya terminado, lo que transmitió sigue ahí, latente, vivo, en cada mente y corazón.
Carlotta De Pompeis en Beetlejuice. |
Entonces, estás dispuesta a llevar a cuestas esa responsabilidad.
Claro. Sin duda. Eso sería un orgullo y un honor para mí, ya que me daría la posibilidad de abordar temas que considero importantes para la sociedad, con una clave que sea personal.
Quisiera ser responsable de algo que no sólo sea capaz de entretener, sino que también deje una huella en quienes lo están viendo, que los haga pensar o, incluso, cuestionar.
¿Qué áreas de la producción cinematográfica te interesan más y por qué?
En este momento, lo que más me interesa de la producción cinematográfica es la dirección, ya que la interpreto como una herramienta que me permite plasmar en un determinado proyecto o contexto mi mirada sobre el mundo, creando universos y personajes que tengan algo personal, pero que puedan llegar a los espectadores.
“El ser humano tiene la tendencia a autosabotearse y yo no he sido diferente”
¿Y además de la dirección?
Además de la dirección, siempre he amado la actuación, que en realidad fue lo primero en acercarme a este mundo. Desde pequeña he estudiado en una academia de actuación de teatro; sin embargo, unos años después me focalicé en la actuación para cine, que es lo que sigo alimentando.
Siento que en el momento en el que estoy interpretando a alguien más, es decir, dando vida a un personaje, es cuando soy yo misma, dejando algo de mí en ese rol, que, a la vez, deja también algo en mí.
Poder darle vida a un personaje es un proceso que siempre he percibido como lleno de magia, es una manera de contar su historia, y es lo que el mundo verá. Un personaje te puede inspirar, cambiar la vida, puede ser tu ejemplo o tu maestro.
Generar personajes y contar historias de impacto masivo con las que el público se puede identificar o proyectar, implica un alto potencial de influir en las audiencias. ¿Cómo manejas ese poder como realizadora de cine?
Sin duda, ese poder debe usarse de manera responsable, siendo plenamente consciente de la responsabilidad.
El compromiso empieza con la creación de personajes que reflejen la realidad del ser humano, con sus aspectos positivos y negativos, pero no quiero generar mensajes negativos en quienes estén viendo.
La realidad del ser humano no es fácil. Al contrario, es muy difícil, porque tenemos aspectos psicológicos complicados, pero maravillosos de analizar y cada uno es diferente, pero yo creo firmemente en la potencia que tiene el cine para contar historias, aunque seanincómodas, pero lo más importante es que al final, tiene que dejarte algo constructivo, generar emociones, hacernos cuestionar lo que pensamos.
Hasta el momento, ¿Quiénes han sido tus principales mentores?
Me considero afortunada, porque en mi vida he encontrado personas que me han ayudado y dado consejos, mis mentores han sido algunos profesores que he conocido y que han creído en mí.
¿Qué consejos atesoras más?
El consejo más grande y valioso ha sido el de mi mamá: “paciencia, perseverancia y constancia”, estas palabras siempre las llevaré conmigo. Hace unos días, pude asistir al masterclass de Tim Burton en la Ciudad de México, y él dijo unas palabras que no voy a olvidar, porque llegaron cuando las necesitaba:
“Lo primero que hay que hacer es empezar (…) Entonces no te preocupes por lo demás, simplemente sigue adelante con lo que hayas iniciado. A veces nos detenemos simplemente diciendo:
“No puedo hacer esto, es demasiado grande... pero tú mantén tu pasión, mantén lo que te gusta hacer y sigue adelante”.
Estas palabras fueron la respuesta a los miedos que tenía, y escucharlas de mi director favorito fue diferente, y definitivamente cambiaron mi vida.
Y tú, ¿qué consejos compartes con tus compañeros de carrera y demás jóvenes de tu generación?
Siempre les digo que persigan sus sueños, que nada es imposible, y puede parecer banal, pero no lo es para quienes perseguimos un ideal.
Otro consejo que siempre les doy, es que no tengan miedo de ser auténticos, o de ser uno mismo, así como es. Puede que sus experiencias personales resulten ser las historias capaces de generar un cambio. Sean creativos, no tengan miedo, no se rindan. Cuando se despiertan en la mañana y tienen un sueño en el que creen, ya están adelantados. No tengan miedo de pedir ayuda, el cine es un trabajo de equipo y unión equivale a fuerza. Y sobretodo diviértanse, hagan lo que les apasiona, y nunca dejen de aprender.
A este momento, ¿Cuál ha sido el mayor reto en tu formación profesional?
Probablemente mi mayor reto hasta ahora haya sido superar el miedo que tenía de no ser lo suficientemente buena en lo que hago.
“El cine es un arma muy poderosa, que puede influenciar mucho la vida de las personas”
¿Y eso? ¿Por qué el miedo?
La gente a veces me ha hecho dudar de mis capacidades y, también a veces, yo misma me he hecho dudar, pero fue clave creer en mí, confiar en mi proceso y en mis habilidades. He aprendido a festejar las victorias, pero también a aprender de las derrotas, que ya no las veo como “perder”, sino como una manera de aprender de mis errores y mejorar, seguir trabajando.
¿Qué beneficio representa el haber vivido en distintas ciudades italianas, antes de llegar a Ciudad de México?
Haber vivido en distintas ciudades italianas, así como viajar, me ha permitido ampliar mi perspectiva sobre el mundo, conocer lugares, personas y culturas diferentes ha cambiado mi manera de percibir las cosas, de manera positiva.
A donde quiera que haya vivido o ido he buscado y encontrado historia, arte y cultura muy ricas, aprendí a ver y a admirar los detalles. Mi perspectiva ha sido influenciada por estilos y géne - ros de arte variados y muy distintos entre ellos, pero que ahora están unidos en mi mente y en mi corazón. Desarrollé visión y pensamientos abiertos, capacidad de adaptarme, resiliencia y considero que eso puede generar una gran diferencia en las historias que quiero contar.
¿Cuál es la base de tu proceso creativo?
Mi proceso creativo se basa en la observación y en la búsqueda de detalles que, junto con las sensaciones y emociones que generan, me reten a pensar en cómo darles forma audiovisual para, así, transmitirlos de la mejor manera.
Por eso, justo de ahí sigue el proceso de visualización. Éste empieza en mi cabeza, donde voy diseñando y armando todo. Imagino todo lo que quiero compartir, con qué elementos, la combinación óptima de cada uno y el orden de plantearlos, así tal cual, a como me gustaría que fuera. Ah, y un elemento clave: tratando de empatizar con el espectador potencial, en su perfil, en sus necesidades, en lo que le podría atraer y sorprender.
¿Cómo es el espacio de trabajo o la atmósfera ideal para desarrollar tus proyectos? ¿O te es indistinto y trabajas donde sea y como sea?
Como comentaba antes, mi vida me generó una capacidad de adaptarme a cualquier circunstancia y de manera muy rápida; esto podría ser por las veces que me he mudado, y los cambios que he vivido en consecuencia.
Considero que me es indistinto, puedo trabajar en donde sea, y con lo que tenga a disposición, que sea mi computadora o una hoja de papel en donde apuntar mis ideas. He aprendido que las ideas surgir en cualquier momento y en todos lados y que nosotros mismos somos nuestra herramienta.
¿Cuáles son las principales variables que consideras al prepararte para iniciar una producción cinematográfica?
La primera cosa que aprendí a tomar en cuenta es la certeza de tener un guión sólido, coherente y que sea la base inicial del trabajo. Considero fundamental la estructura, los personajes y todo lo que conllevan. Sin embargo, es muy importante tener un equipo de trabajo que colabore y que tenga el mismo objetivo común. Me encanta, en general, trabajar con personas apasionadas como yo.
¿Crees en la inspiración?
Sí. Creo que la inspiración existe, pero, también, que no llega de la nada. Hay que vivir para encontrarla, puede ser inesperada. Por eso creo que hay que ser curiosos, observadores. De igual forma, creo firmemente que nosotros podemos nutrir nuestra inspiración enriqueciéndonos de lecturas y viendo películas, por ejemplo.
Sin embargo, talento y disciplina son necesarios e indispensables para que el sueño se vuelva realidad, y para el proceso creativo. La inspiración necesita de la disciplina para convertirse en algo real. Por otro lado, la disciplina sin inspiración puede llevar a la creación de algo sin alma, hueco, que no transmita, aunque esté bien logrado en el aspecto técnico. La clave es encontrar el equilibrio.
¿Qué tipo de historias te gusta contar?
Me gusta contar historias que puedan entretener, pero también dejar una huella. Historias que sean profundas, complejas y a la vez tan sencillas como es el ser humano. Me gusta contar historias que sean inspiradoras para generar más historias, o que analicen lo intrincado del ser humano en sus aspectos más reales.
¿Cuál es tu tema preferido, el consentido?
Últimamente he desarrollado un interés por el conflicto interno de los personajes, los que no son perfectos, los que nos permiten ver su parte humana y real, que luchan y pelean como nosotros, pero que también tienen momentos positivos.
Las historias que prefiero tienen temas drámaticos, porque todos, o al menos la mayoría, vivimos esas emociones, esos conflictos al interior y las luchas emocionales. Diría que la complejidad de la psicología del ser humano es mi tema preferido.
¿Y el género que más te atrae?
Sin duda es el drama, por las emociones que conlleva y por la capacidad que tiene de mezclarse con más géneros. Siento que tiene mucho potencial para transmitir historias que puedan llegar a un público amplio.
Cuéntanos de tus experiencias como actriz y hasta como doble de riesgo.
Efectivamente, me he involucrado en proyectos cinematográficos como actriz y como doble de riesgo. Las experiencias han sido sumamente enriquecedoras y valiosas para mí, ya que he podido aprender mucho sobre lo que pasa en los sets.
Siempre trato de aprender de todos los involucrados, porque cada proyecto es distinto y ofrece nuevas y diferentes formas de ver y hacer las cosas. Cada filmación presenta un avance en el aprendizaje continuo. Los días de rodaje representan experiencias intensas, cansadas, pero me hacen sentir tan bien y tan feliz que me refuerzan la idea y el deseo de que todos mis días sean así.
¿El cine te encontró a ti o tú encontraste al cine?
Creo que nos buscamos y nos encontramos cuando ambos estábamos listos para abrazarnos, en el momento correcto. El cine tocó a las puertas de mi vida, se volvió mi amigo y, después, mi refugio, mi lugar seguro. Entonces yo también empecé a buscarlo, antes para refugiarme y después lo empecé a querer y a tomarlo como una herramienta para poderme expresar.
¿Cuál es tu visión del cine en México?
Creo que estamos en un momento muy interesante para el cine mexicano. Siento que tiene mucho por contar, muchos talentos que de gran potencial. Estoy conociendo poco a poco la próxima generación de cineastas y siento que serán innovadores y marcarán un cambio con nuevas ideas y nuevos retos.
Ya que hablamos de las nuevas generaciones, ¿cómo describes a tu generación en términos de interés y desenvolvimiento en el quehacer cinematográfico?
Siento que mi generación está cada vez más interesada en hacer cine. Y es que somos una generación audiovisual. Nacimos y hemos crecido en un mundo en el que hay pantallas por todos lados: cine, televisión, monitores, pantallas de Tv, teléfonos, en fin. Muchas personas ven al cine como la mejor manera de expresarse y comunicar nuevas perspectivas, pero, al mismo tiempo, tienen -o debo decir “tenemos” - miedo de expresarnos o de no estar a la altura, porque llegamos a creer que no podemos.
Pero no es así.
Exacto. No es así. Sí se puede. Siempre se puede. Pero para ello debemos creerlo, estar convencidos, querer. Siento que somos una generación disruptiva, creativa, pero a la vez realista. Vamos a tener que aprender a vivir con tecnologías muy poderosas como la inteligencia artificial, igual que con herramientas que nos ayudarán a concretar nuestras propuestas creativas y expresivas. Nuestra generación tiene grandes ejemplos y obras que admirar, pero el futuro está en nuestras manos y tenemos ante nosotros una oportunidad para crear algo nuestro, que nos distinga y que deje un legado a los que vienen. No podemos desaprovechar y mucho menos defraudar a quienes nos dieron ejemplo y están confiando en nosotros.
¿Y qué me dices del interés por la literatura que, de cierta manera, sustenta la narrativa en el cine?
Creo que lamentablemente mi generación no tiene mucho interés para la literatura, y me duele decirlo. Tal vez sea por lo que dije antes, sobre el movernos más en un mundo audiovisual que en el de las manifestaciones escritas.
Personalmente, la lectura ha sido una de mis pasiones desde muy pequeña, pero veo a mi alrededor y me doy cuenta de que no es lo mismo para todos. Creo que la mayoría de las personas de mi generación están más enfocadas en otras cosas, como el teléfono o las redes sociales, que sin duda son importantes, pero deberíamos tomarnos el tiempo de leer más.
Leer te transporta a otros tiempos y espacios, te sumerge en las historias que lees y puede ayudar a ampliar nuestra visión no sólo del cine sino, también, de la vida y del mundo.
“El consejo más grande y valioso ha sido el de mi mamá: ‘paciencia, perseverancia y constancia”
¿Qué perfiles de audiencia se encuentran entre tus objetivos?
Esta es una pregunta muy difícil, porque con mis historias y lo que he contado hasta ahora estoy consciente de que irían para un público adolescente-adulto. Sin embargo, reconozco la importancia de los niños, y me gustaría enfrentar el reto de crear algo que, además de entretenerlos, también les deje algo que resuene en sus cabezas y en sus corazones por toda la vida.
¿Algo que quieras agregar y compartir con nuestros lectores?
Que crean en sus sueños, persíganlos y cuídenlos. Los sueños nos mantienen vivos, nos hacen quienes somos y nos dan una razón. Estamos aquí por alguna razón que a veces no es fácil de encontrar, pero no hay que rendirse.
Nunca se rindan, nunca dejen de creer en sí mismos ni en el poder que tienen las ideas. Juntos podemos generar el cambio que queremos. ¡Ciack tras ciack!