LUDYVNA VELARDE | Pasión por la actuación | ROBERTO GARZA | Marzo 2025

Por: Roberto Garza
Fotografía: Cortesía Ludyvina Velarde




LUDYVNA VELARDE
Pasión por la actuación

Hoy charlaremos con Ludyvina Velarde, una talentosa actriz regiomontana, que muchos recuerdan por sus actuaciones en teatro, televisión y plataformas digitales como “El Foro de Sao Paulo”, “Josefa Zozaya”, “La Venganza de las Juanas”, “Capadocia”, “Mujeres Asesinas” y “Sierra Madre”.

Desde sus primeros pasos en el mundo de la actuación, Ludyvina ha logrado acumular una serie de proyectos que le han permitido reflejar su versatilidad, profundidad y habilidad para conectar emocionalmente con su público.



¿Quién es Ludyvina Velarde? 

La pregunta es algo complicada. La verdad es que siento que soy una niña todavía, inclusive creo que lo seré toda la vida. Digamos que soy una niña inquieta, muy curiosa y alguien a quien le gusta investigar, explorar, experimentar y aprender muchísimo. 

Soy como una nerd de cosas que a nadie le importan, esa que hace y dice cosas random. ¿Me explico? Me apasionan muchos temas del mundo, casi todos me parecen interesantes y siento que de cada uno de ellos puedo aprender algo. 

Soy la niña del vaso medio lleno, siempre veo las posibilidades, lo bonito y lo veo siempre con buen humor. En general tengo buen carácter, excepto cuando tengo hambre (risas).

Siempre fui la persona que cuidé a mis amigas, la que no bebía y la que las llevaba a su casa. Digamos que tengo un perfil de “mamá” muy claro, de proteger, cuidar y ayudar, aun siendo algo “aniñada” en muchísimas cosas. Sin embargo, también puedo pasar días en pausa, como, por ejemplo, quedarme sentada en el piso viendo al techo todo el día, jugando con mis dedos o con mi pelo. Me gusta mucho estar sola, me la paso increíble estando conmigo misma.

¿Estudiaste artes visuales? 

No precisamente, estudié teatro y dirección de teatro, al igual que danza contemporánea en el INBA. También estudié comunicación, artes y humanidades y una maestría en escritura creativa en Salamanca. Actualmente estoy estudiando otra maestría en educación emocional. La verdad es que soy muy dinámica, casi siempre estoy en movimiento. Soy mutante y tengo varias personalidades. 

¿Qué te inspiró a convertirte en actriz? 

Creo que todos tenemos un talento y un lenguaje natural, al igual que una forma de comunicarnos, y pienso que la mía es a través de la actuación. Es la más sencilla y directa para mí. Siempre he sentido que tengo la responsabilidad de contarle algo a alguien que pudiera generarle un cambio.

Ludyvina Velarde en la obra de teatro “Josefa Zozaya”


¿Cómo te diste cuenta que tu talento era la actuación? ¿Qué te inspiró para convertirte en actriz? 

De niña me disfrazaba todo el tiempo, un día era un árbol y al otro día otra cosa. Inclusive recuerdo una mañana, en la que no podía caminar y después en diferente momento, que me quedaba ciega. Ahora, con el paso de los años, digo, claro, estaba inventando diferentes personajes, pero en esa época eso era una locura.  

¿Cuál fue tu primera relación con el arte? 

Mi primera relación con el arte fue a través de la danza contemporánea. Quería ser bailarina y esa era mi prioridad. Sin embargo, mi maestro Fernando Castillo (QEPD), de la carrera de Danza Contemporánea de la Escuela Carmen Romano, donde yo estudiaba, me decía: “Tú vas a ser actriz y no bailarina, estás haciendo un relato con el cuerpo, me estás contando una historia”, pero yo no entendía la diferencia y dejé correr esa vida de bailarina adolescente hasta que me lastimé las rodillas y me di cuenta que ya no podría ser bailarina profesional.

También trabajé en fiestas infantiles con el CTAI, me vestía de todas las botargas que se pidieran, en lo que me gané el papel de la sirenita, pero creo en ese entonces aún no tenía tan claro lo de ser actriz, sino hasta que hice el papel de Jasmine, en Aladino, a los 15 años, teniendo como director a Enrique Páez (QEPD), quien fue un gran maestro y alguien que por primera vez me cuestionaba cada palabra que decía en la obra. Era muy estricto y serio con ese tema, ayudándome a adquirir la habilidad de preguntarme por qué sucede cada cosa, qué pasa en nuestro cuerpo con lo que decimos y cómo es que eso está vinculado a lo que sentimos y hacemos.

 Otro gran maestro fue Rubén González Garza (QEPD), quien desde niña me decía: “Tú eres una actriz nata”.

¿Eventualmente estudiaste teatro y seguiste preparándote? 

 Sí, en la Universidad de Artes de Michigan, para después estudiar la carrera de Comunicación, generándome nuevas perspectivas en relación a la comunicación asertiva. Siento que todo lo que he estudiado me ha ayudado en mi carrera de actriz de una u otra forma.  

Ludyvina Velarde en la serie “Sierra Madre”.


¿Qué haces para preparar un personaje? 

Lo primero que hago cuando acepto un personaje, es leer el guion una y otra vez. Tengo memoria fotográfica y la capacidad de resumir lo importante de la historia, de mi personaje y de mi relación con el resto de los personajes.

Lo que hago es primeramente dividirlo en tres partes: Qué cuenta la historia, qué tengo que ver yo con esa historia y qué me pasa a mí en medio de esa historia.

A partir de ahí, empiezo a explorar al personaje, preguntándome qué le gusta, qué no le gusta, cómo caminaría, cómo vivió, cómo fue su infancia, a qué le tiene miedo, qué no le contaría a nadie, qué libros lee, a quién se parece, a quién cree que se parece, cómo le gustaría tener el cabello, cómo se peinaría y qué le dolía de niña. Empiezo a hacerme muchas preguntas y a leer libros relacionados al personaje en sí. Creo que todos los personajes vienen a decirnos algo a nosotros como creadores o algo al público a través de nosotros. Hay que aprender a descifrar ese mensaje.

En ese proceso voy construyendo el interior del personaje, para que, al momento de comenzar a ensayar, ya no requiera llevar el libreto conmigo. Para entonces, ya traigo su esencia y “desmenuzado” el subtexto, de alguna forma los diálogos ya se encuentran vivos en mi sangre. En resumen, solo voy asimilando y dejando fluir, todo eso brota de una manera muy sencilla y natural. 

¿Cuál ha sido el personaje que más te ha marcado o influenciado? 

Me han marcado muchos y creo que cada uno ha venido a decirme algo diferente, sin embargo, el que ahorita se me viene a la mente es el de Catalina, de la serie “La Venganza de las Juanas”, pero también tengo muy presente el de “Josefa Zozaya”, que despertó una parte en mí que tenía dormida y todavía oculta.  

¿Pudiéramos decir que esos dos son los personajes que más te han marcado? 

Fíjate que ambos fueron más o menos en el mismo tiempo. Entonces, quizá tenga que ver con la madurez que he ido adquiriendo como mujer, con el poderme dar esa libertad de explorar desde muy dentro de mí a esos dos personajes. 

En el caso de Catalina, ella era estoica, una mujer maltratada, una muñeca rota por dentro, una sobreviviente, pero alguien valiente y fuerte. En el caso de Josefa, ella me permitió encontrar la dualidad que tenemos las mujeres y la capacidad de convertirnos, de reacomodarnos y de medir y volver a intentarlo todo el tiempo. Eso de que hay un momento en el que dejas de aprender o de cambiar es mentira, no es cierto. Catalina me ayudó a ser una Josefa, que me generó muchísimas sorpresas.

Ludyvina Velarde como Josefa Zozaya.


¿Qué proyecto ha sido el más desafiante dentro de tu carrera? 

Cada uno ha tenido su propia complejidad y problemática. Por ejemplo, Hernán Galindo, que es un director y dramaturgo con el que yo amo trabajar, siempre me da mujeres (personajes) con personalidades complejas y muy complicadas de interpretar. Cuando me habla para un nuevo proyecto, sé que va a ser más difícil que el anterior, pero eso me encanta. 

Todos los personajes representan desafíos diferentes. Por ejemplo, acabo de hacer el año antepasado “Olvidarás el Fuego”, una novela literaria de Gabriela Riveros, una escritora orgullosamente regiomontana, donde mi personaje es torturada en escena, marcando el cómo va a ser la historia a partir de ese momento.

¿Tortura en escena? 

Efectivamente, me torturaron sobre el escenario de la misma for-ma en que se hacía en la época de la Inquisición. Era actuada, claro, pero no es fácil lograr captar emocionalmente el momento en el que te quiebran por dentro y te deshumanizan totalmente.

La tortura no son solo golpes, tiene que ver con que tú sepas que ya no eres dueña ni de ti, ni de nada de lo que te pase a partir de ese momento.

¿Consideras que el teatro es fundamental para el crecimiento en cine, series y en todo lo demás?

De manera personal, para mí sí. Como actriz de teatro, quisiera que todo el mundo estudiara primero teatro y luego incursionara en todo lo demás. Hace mucho entendí que puedes querer mucho al teatro, pero si el teatro no te quiere a ti, no hay nada que puedas hacer. 

Pero entiendo que algunos actores y actrices se saltan ese proceso y entran directo al cine o a la televisión. A mí me gusta el recorrido que da el teatro, ¡que viajes! me agrada tener la capacidad de entender que mi actuación, durará un instante y que será un momento extraordinario que no se repetirá jamás.

Además, tener a un público presente, en el mismo tiempo y espacio no es comparable con nada. El poder hacerlo reír, llorar y emocionar en vivo es la cosa más maravillosa que existe.



Muchos consideran que la Ciudad de México cuenta con el mejor teatro del país. ¿Qué opinas sobre eso? 

Creo que es más un tema del público, ya que el ir a ver teatro a la Ciudad de México o a Nueva York genera un tipo de “estatus”. La gente de alguna forma demerita el asistir al teatro en nuestra ciudad. Existe teatro bueno y malo y punto.  

Si hicieras un buen análisis del teatro que se presenta en Mon. terrey, te darías cuenta que es maravilloso y de muy buena calidad en actuaciones, música, escenografías y guiones. La verdad es que algunos proyectos están hechos con todo el cuidado y dedicación, como los del Lic. Fernando Canales Clariond, quien lleva algunos años invirtiéndole al teatro y realizando puestas en escena que no le piden nada a Broadway ni a nadie más.

La gente no quiere ver obras en Monterrey, porque sienten que no son buenas y porque tienen una especie de prejuicio o creencia, de que en Nuevo León no se hace buen teatro. ¡Una creencia que es una mentira!

¿Crees entonces que el problema pudiera ser el público? 

Sin duda es un tema de educación y el problema en Nuevo León no es precisamente el teatro, sino la gente que no siente ningún vínculo con esa diciplina. Es por eso que hay que trabajar muchísimo en la promoción del arte aquí en nuestro Estado, acercarlo a la niñez, a la adolescencia, a las personas en general, no solo a unos cuantos. Urge también construir puentes y formar un público que no sea cautivo, sino que se vaya multiplicando y expandiendo.  

¿Teatro, cine o series? 

Teatro sin duda, pero teatro bien pagado. Sin embargo… todo me gusta. 

Muchos actores y actrices ven el llegar a NETFLIX o a otras plataformas importantes como un fin. ¿Lo ves tu como un fin o como un medio?

A mí me parece más excitante que me lleguen personajes maravillosos, independientemente si son de teatro, series o cine, que me ofrezcan personajes que me hagan trabajar más y me provoquen y exijan más. ¡Imagínate salir en una serie de alguna plataforma importante donde el personaje no te exige ni te demanda nada!

Los artistas deben tener muy claras sus prioridades y poner mucha atención en las decisiones que toman, ya que muchos van buscando un sueño irreal, esperando que los demás los hagan sentir exitosos, siendo que ese éxito tendría que ser el hacer bien lo que les gusta.

En la obra teatral “¿Por qué Somos Como Somos?”.


¿Cómo hacer para vivir de aquello que te gusta?

Necesitas objetivos claros primero ¿no? tener “fama” no debería ser uno de ellos. ¿Por qué ir a pelearte “a otros países con la idea efímera de “ganar más dinero” sin estrategia ni nada?, solo te avientas y de pronto ya estás saliendo en proyectos donde ni se te ve la cara ni actúas, para poder sobrevivir en ese lugar. ¿Eso nos sirve como creadores?, ¿Es acaso eso el éxito?

No es el lugar, es el proyecto. Es por eso que “La Venganza de las Juanas” se convirtió en un parteaguas en mi vida y no precisamente por ser una serie de Netflix, sino porque me dieron la oportunidad de realizar un personaje que nunca había explorado.

¿Hubo alguna escena retadora en dicha serie? ¿Qué hiciste para prepararte para ella? 

Hubo una escena que se desarrolló en una alberca, qué sin duda, para mí, fue la más demandante; una escena que desde que me quedé con el personaje, el director me habló y me dijo: “Hay una escena complicada, ¿Cómo ves?”. Después le pedí su opinión a varios familiares y me dijeron: “Tu di que sí y ya iras viendo como la trabajas, lo importante es que se entienda el mensaje”. Y dije: “Tienen toda la razón, no me voy a preocupar por cosas que no son importantes, voy a tratar de encontrar mejor la esencia de esa escena”.

La escena fue la última que se grabó en Querétaro, me imagino que por miedo del director a que saliera mal y atrasara al resto del rodaje. Fue una escena muy bien cuidada por el director Pepe Castro, de hecho, fue la última en grabarse, cuando ya casi no quedaban actores ni actrices hospedadas en el lugar.

Querían que me sintiera tranquila, ese día estuvieron desde las tres de la tarde calentando el agua de esa alberca, porque hacía mucho frio. El director estaba algo nervioso, sin embargo, yo me sentía muy segura de lo que quería hacer. Sabía que no iba a rodar más de tres tomas, era una escena larga, en plano secuencia, técnicamente complicada y muy emocional. 

Al final salió muy bonita, simplemente me dejé llevar y la realicé con plena sensación de libertad. Quedó la segunda toma y recuerdo que al concluir la grabación no podía dejar de llorar, mientras el crew y no sé por qué, me aplaudió. Creo que me conecté con la esencia del personaje. Fue algo tan extraordina - rio, que no se me va a olvidar nunca. Estoy convencida de que cuando la persona que dirige, confía en ti y te deja ser, suceden cosas únicas. 

La escena la puedes ver en el episodio 5 de la primera temporada de la serie.

En la obra “Olvidarás el Fuego”.


¿Nunca has pensado en dirigir? 

Estudié teatro y dirección de teatro, pero creo que más que dirigir, me gusta coachear y trabajar con actores y actrices armando sus personajes específicamente.   

¿Qué valores consideras esenciales para un actor o actriz? 

La integridad es el más importante en todos los sentidos y para cualquier cosa que hagas. Por otro lado, debes cuidar minuciosamente el no tener prejuicios sobre tu personaje y el no etiquetarlo, necesitas libertad para conocerlo, sin miedo de decir lo que el personaje quiera decir. Los seres humanos no somos ni buenos ni malos, simplemente hacemos cosas buenas o malas.

También debe haber amor por lo que estás haciendo, que incluye respeto, confianza y paciencia; al igual que profesio - nalismo con todo lo que implica: llegar a tiempo, el respeto al trabajo de los/las demás, mantener una energía positiva, saber darle su lugar a la gente y trabajar en equipo.

¿Cómo ves el futuro de la actuación ya con las nuevas tecnologías? 

Me parece que es un “monstruo” que nos han querido vender al decirnos que alguien nos va a quitar nuestro lugar en este mundo. Actualmente hacemos nuestro trabajo lo mejor que podemos y con las herramientas que tenemos, mostrándonos flexibles ante los cambios que se avecinen.

Pero pensar en cosas catastróficas, ¿Cómo para qué? No le veo ningún sentido a preocuparse por eso. Es más, creo que encargarse de mostrar emociones podría ser la última fase de la tecnología.

Lo que hacemos las personas, nunca lo va a poder hacer una máquina, porque las personas hablamos en relación a lo que hemos experimentado en la vida, entendiendo la vida de diferente forma y de acuerdo a lo que nos haya tocado vivir.

Entonces, ¿Qué máquina puede replicar eso? Actualmente no creo que sea posible, quizás en algún momento futuro, pero no lo creo. Estoy segura que me voy a morir mucho antes de ver una verdadera afectación de la tecnología en la actuación. 



Has logrado conjuntar muy bien la actuación con la labor social. Platícanos por favor acerca de tu asociación civil. 

La fundó mi mamá en 1995 y la dirijo desde hace 5 años. Es una asociación que tiene como objetivo el identificar, prevenir, atender y desactivar la violencia; trabajando con niñas, niños, adolescentes, adultos y adultos mayores de ambos sexos.  

¿Cómo es que la asociación apoya a la gente? 

Nos enfocamos en la parte emocional, en generar herramientas que permitan a las personas afectadas por la violencia, salir adelante, configurando un proyecto de vida exitoso y una vida con calidad.

Considero que todas las personas debiéramos asumir la responsabilidad de devolverle algo al universo, aceptar nuestra responsabilidad social. ¿Por qué le pides cosas si tú no estás dando nada a cambio?

Este rol en mi vida me gusta muchísimo, me apasiona y me ha complementado también como actriz.

Si no hubieras sido actriz, ¿qué hubieras sido?

Sin duda hubiera sido doctora, estoy segura que en otra vida me dedicaría a la medicina. 

¿Por qué no te decidiste por la medicina? 

Era muy joven cuando terminé la prepa, en ese entonces me gustaba mucho actuar y entendía que la medicina era una profesión que requería disciplina, estudio y trabajo. Sabía que le iba a tener que dedicar 24 horas al día y que, por esa razón, me sería muy difícil hacer un espacio para la actuación. Chistoso, ¿verdad? ¡No quería algo tan demandante y actualmente le dedico todo ese tiempo a la actuación!

De todas formas, más tarde pude ser voluntaria de la Cruz Roja y he podido leer muchos libros de medicina, así que esa idea no la solté del todo. Además, mi papá es médico, lo mismo uno de mis bisabuelos, inclusive los esposos de 2 de mis tías, que son médicos y varias de ellas dentistas y hasta una química clínica bióloga, primos, en fin… Siempre he estado rodeada de la medicina, me fascinan las profesiones de servicio, contribuir y ayudar a las personas para que tengan una mejor vida.

¿Qué proyectos vienen para este año? 

Vienen cosas muy buenas. En Monterrey, estreno obra en Dramático en mayo, una obra de Mirna Subealdea con un mensaje muy bonito y que se llamará “La Espera”. También voy a aparecer en un cortometraje llamado “Memorare” que ganó en el Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico (PECDA) 2024 y que se va a rodar en Cuatro Ciénegas, Coahuila; corto que será dirigido por Isaac de la Peña Areizaga, un chico talentosísimo graduado de la Universidad de Monterrey.

Tengo otro proyecto donde acabo de firmar contrato y en verano una nueva temporada de una serie en donde ya participé anteriormente.

Ludyvina Velarde y Rodrigo Murray en “¿Por qué Somos Como Somos?”


¿Algo que te gustaría agregar? 

Solo mencionar, primero, que vinimos a ser felices, debemos buscar nuestro bienestar y ser responsables de nuestra vida. Si algo no te hace bien, hay que dejar de hacerlo. Si esa carrera que estás estudiando no te da la sensación de plenitud y felicidad, hay que buscar otra distinta, existen millones de opciones y oportunidades en la vida para escoger. Solo se vive una vez y mientras haya vida hay posibilidades.

Y segundo, que siempre que puedas ayudar más a alguien, hazlo, ayúdalo sin importar si crees que lo merece o no.